A casi nadie le ha cogido por sorpresa los resultados de un sondeo realizado por instituto Ifop para ‘Le Nouvel Observateur’ que situaba al Frente Nacional (FN) en cabeza de las próximas elecciones europeas previstas para mayo de 2014. La formación que dirige Marine Le Pen registraba el 24% de las intenciones de voto, aventajando en dos puntos a la UMP (Unión por un Movimiento Popular, derecha) y en cinco al gubernamental Partido Socialista (PS). Sin ser inesperado, el dato aporta la importante novedad de que la extrema derecha podría ganar por primera vez unas elecciones nacionales.
Ya en marzo de 2011, una discutida encuesta de Harris Interactive situó al FN en cabeza de las presidenciales de 2012. Al final los resultados no confirmaron la previsión, pero avisaron de que la marea ultra iba en aumento: Le Pen obtuvo 6,3 millones de votos, casi el 18%. Aunque en mayo pueda suceder lo mismo, la tendencia al alza del FN es clara y sus opciones de alcanzar el poder en Francia son ya muy reales. También hay que tener en cuenta que el sondeo de ‘Le Nouvel Observateur’ separa los votos de la UMP y de sus aliados centristas de la Unión de Demócratas Independientes (UDI), que unidos relegarían al FN a un segundo lugar.
Además de rentabilizar el intenso pulido de imagen al que la carismática y rubia Marine Le Pen ha sometido a la formación, en contraste con la tosquedad de su padre y fundador Jean Marie Le Pen, el FN va a aglutinar el voto del cabreo popular por la precaria situación actual. El objetivo es pescar en las aguas revueltas de la protesta contra la austeridad, contra la política de la UE, contra los inmigrantes, contra la corrupción de los políticos y contra todo lo que pueda tener algún vínculo con el imparable deterioro de las condiciones de vida registrado desde 2008. También juega a favor del FN, la extendida y equivocada consideración de que las elecciones europeas no tienen apenas trascendencia para la política nacional.
Llama la atención que el PS de François Hollande, que se hunde en el citado sondeo hasta un 19%, haya decidido bajar al terreno favorito del FN: la seguridad y la inmigración. Las declaraciones del ministro del Interior, Manuel Valls, en contra de la presencia de los gitanos y su oposición a la entrada de Bulgaria y Rumanía en el espacio Schengen recuerdan a la campaña de Sarkozy en 2012 cuando, también por un afán de recuperar terreno en esos cotos xenófobos, trató de emular los mensajes anti-islámicos del FN. Queda la duda preocupante de si estos movimientos responden a estrategias electorales momentáneas o si realmente lo que los grandes partidos hacen es simplemente reflejar el hecho de que la sociedad francesa está basculando con sorprendente rapidez hacia los postulados que preconiza la formación de Marine Le Pen.
El Frente Nacional de Marine Le Pen encabeza los sondeos para las elecciones europeas