Hoy hace ya 15 años de la muerte de Ayrton Senna en el GP de San Marino en Imola. Fue el 1 de mayo de 1994. Muchos de los pilotos actuales, todavía recordamos dónde estábamos aquel día.

A pesar del tiempo Senna sigue siendo una referencia para todos los pilotos que le vimos correr. Los jóvenes que comienzan ahora lógicamente no lo recuerdan y por eso Schumacher, Alonso, Raikkonen o Hamilton entre otros son sus referencias. Pero la calidad de Senna en calificación y su inigualable velocidad en mojado hacen de él uno de los mayores mitos que tendrá la F1 por siempre. Quizá el efecto James Dean dirán algunos, pero nada más allá de la realidad. Aquella determinación por ganar y ser el número 1, aquel estilo de conducción más basado en pequeños toques de gas y aquella velocidad inigualable en mojado hacían de él el piloto más rápido de la época.

Senna era un piloto con un carisma difícilmente igualable y hasta un cierto punto un tanto místico. Un piloto del que se seguirá hablando dentro de muchos años. Los que le vimos correr nunca olvidaremos su estilo y determinación.