Para mi las navidades son cocina, familia y amigos. Imagino que cuando a uno le gusta algo, como me pasa a mi con la cocina, quiere disfrutar de ello y más cuando es para compartir con los que más quieres. A veces tengo mis serias dudas de que cocinar a destajo sea una satisfacción, las dudas me entran después de llevar varias horas entre horno, pucheros y masas. Me planteo poner la cama en la cocina, paso en ella más tiempo que en cualquier otra parte. Cada año añado un grado de dificultad, me meto en unos fregados serios yo solita, así que no puedo echarle la culpa a nadie. Estos días ando rodeada de polvorones y turrones, aunque esté cansada me gusta pensar que estarán en muchas casas en estas cenas y comidas tan “especiales”. Además de lo agradecida que estoy de que haya gente que apueste por personas como yo que intenta día a día pelear en este mundo que nos ha tocado vivir.
La navidad empezó malamente con ese anuncio amenazante de la Lotería Nacional, aunque si es verdad que entra dentro del lado rococó y estrambótico que tienen estas fiestas. Lo pienso y es un anucio lleno de mensajes, esa cara de amenza de Montserrat Caballé es lo que sienten muchos cuando se acerca el temido 24 de diciembre y el primer contacto con familiares que quizás solo ves en esta época del año, coincidir con ese primo que no soportas o ese cuñado graciosete. Esa sonrisa final de Raphael, ese “na, na, na, na, nanana” y esa cara con tan pocos aditivos y colorantes como una tarta de fondant, me recuerda a esa gente que durante el año se cruza de acera o hace que mira el móvil para no saludarte hasta que te lo encuentras en plena noche vieja con un par de copas de más. Muy real el anucio si señor.
La navidad es como una enfermedad que hay que pasar. Tienes dos opciones, poner de tu parte para que todo fluya más o menos bien (el alcohol ayuda una barbaridad) o estar tirado cual despojo compadeciendote de tu alma, elige lo que quieras. Te aconsejo meterte en la cocina, ponerte música y una copa de vino y dejarte llevar. Felices fiestas a todos.
TURRÓN DE CHOCOLATE CASERO
Ingredientes:
125 gramos de chocolate negro del 70%
150 gramos de chocolate con leche
50 gramos de manteca de cerdo
60 gramos de Chococrispis de Kellogg´s
Una pizca de sal
1 cucharilla pequeña de miel
Proceso:
Trocearemos el chocolate y lo pondremos al baño maría, nos ayudaremos de una espátula para ir removiendo, el chocolate hay que trabajarlo sin prisas y una temperatura que no sea demasiado alta. Cuando veamos que empieza a derretirse añadiremos la manteca de cerdo, la miel y la pizca de sal, removeremos hasta que todo esté bien deshecho. A continuación apartaremos del fuego y añadiremos el arroz inflado, mezclaremos bien y lo echaremos en el molde. Taparemos con film transparente y dejaremos toda la noche en el frigorífico.
Hay unos moldes especiales para hacer turrones, si no tenéis y usaís de otro tipo tened cuidado por si se os pega. un truco sería cubrirlo de film transparente, lo malo es que no se os pegará pero no os quedará liso. Un truco es que espolvoreeís un poco de cacao en polco por encima para que no se vean esas imperfecciones.