“No podemos resolver un problema con la misma mentalidad que lo ha generado” (Albert Einstein)
Recientemente, Emile Heskey hablaba sobre la selección inglesa en una entrevista concedida a Grada360 y decía que estaría contento si llegaban a cuartos de final en el Mundial de Brasil. Sin duda, resulta una frase de lo más significativa. Bien es cierto que el equipo nacional ha mostrado, durante años, un nivel que deja mucho que desear pero, la llegada de Roy Hodgson ha supuesto un importante cambio de rumbo en la selección de los Three Lions.
La mentalidad del veterano técnico ha inculcado el espíritu ganador y ha logrado reconducir a un grupo que estaba bastante desordenado. Su llegada al cargo, el 1 de Mayo de 2012, fue muy cuestionada por la prensa inglesa y los aficionados británicos. Incluso, el propio Hodgson llegó a reconocer: “Debería vivir en otro planeta para no saber que nadie me quiere aquí”. Pero los intentos de acoso y derribo no lograron amilanar al experimentado entrenador y asumió el gran reto cuando todos dudaban de él. La actuación de Inglaterra en la Eurocopa de Polonia y Ucrania dejó un balance positivo que devolvió la sonrisa a todo un país y vendió optimismo de cara al Mundial de Brasil.
El combinado inglés se enfrentó el pasado martes ante Ucrania, en la segunda jornada de la fase de clasificación para el Mundial 2014. El encuentro terminó en un angustioso empate y lo cierto es que, para los hombres de Hodgson, pudo ser peor.
La voluntad de competir es un factor importante, aunque no suficiente. La propuesta de Hodgson es sencilla, previsible y poco arriesgada. No busca un fútbol de posesión y control pero, sí un estilo de juego ofensivo muy rápido, con salidas al contra ataque y de velocidad por banda. El seleccionador intentará aprovechar al máximo la mezcla de su plantilla, entre jugadores jóvenes y veteranos, para apostar en la experiencia atrás y dar la oportunidad a los más jóvenes en punta y bandas.
Inglaterra está considerada como una de las grandes selecciones de la historia. Sin embargo, no logra pasar de cuartos de final en una gran competición desde la Eurocopa de 1996. A pesar de su papel como rival fuerte, siempre acaba decepcionando y en los últimos años, su condición entre las principales favoritas ha desaparecido, generando comentarios sobre su fútbol como resultadista, poco estético y conservador.
Pero, debates aparte, ahora Hodgson parece haber devuelto al conjunto inglés un atisbo de esperanza para volver a soñar. El largo y complicado camino hacia Brasil ha comenzado, e Inglaterra no quiere perdérselo. Aunque, como en todo, las expectativas son siempre un arma de doble filo…