Philippe Montanier, un grupo de colegas ávidos de gloria y la playa de La Concha como telón de fondo han logrado que el extremo azteca de la Real Sociedad rebata con su zurda de seda y una docena de tantos en la Liga las ácidas y descarnadas críticas recibidas en México desde que emprendió la aventura europea.
“Siempre he pedido que se me respete,
sólo quiero que me dejen hacer mi trabajo”
Carlos Alberto Vela encontró su lugar en el mundo a 9.000 kilómetros de su Cancún natal. Vigo, Salamanca, Londres, Pamplona o Birmingham fueron estaciones de tránsito en el proceso de maduración de un delantero que ha pasado de crianza a gran reserva desde que contempla cada mañana el monte Igueldo y se pasea en sus ratos libres por la mítica Fermín Calbetón para degustar esos pinchos que le vuelven loco. Como a todo hijo de vecino.
San Sebastián ha atrapado con su dramática hermosura a este paladín de la elegancia y la exquisitez que ha revolucionado Anoeta con su imaginación onírica sobre la hierba y un buen porrón de goles que han ayudado a la Real Sociedad a rozar con la punta de los dedos el sueño de regresar a la Champions League una década después.
“Aquí soy feliz. Me están dando cariño,
confianza y me dejan jugar como yo sé”
Atrás queda la amargura y el dolor dejados por la incomprensión y la falta de fe en un ‘chamaco’ que al fin, de la mano de Philippe Montanier, está gozando de esa continuidad que precisaba para explosionar sobre el manto verde. “¿Que por qué he crecido tanto en Donosti? Porque soy feliz. Aquí me están dando cariño, confianza, me dejan jugar como yo sé. Me dan libertad y además me están saliendo bien las cosas. Y al equipo también. Luego, en el plano personal, tengo tranquilidad, me tratan fenomenal. Vivo muy bien, a gusto, en una ciudad increíble y eso es lo que cualquier persona quiere. Así que muy contento y disfrutando”, confesaba el extremo zurdo mexicano al programa de radio yanqui Fútbol de Primera después de acabar con el invicto del Atlético en su feudo.
Vela es tan franco y directo con el verbo como cuando encara a sus oponentes. Va al grano y sin rodeos cuando se le cuestiona por el secreto del éxito de los TxuriUrdin. “Tenemos muy buen rollo en el vestuario. Todos somos cuates, nos lo pasamos genial dentro y fuera del campo. Además, hubo una continuidad. El año pasado y este estamos haciendo lo mismo. Seguimos la misma gente, el mismo entrenador y poco a poco vamos mejorando. Los jóvenes van yendo para arriba y creo que el equipo aún puede dar más”.
“Hay muy buen rollo en el vestuario.
Todos somos ‘cuates’, lo pasamos genial dentro y fuera del campo“
Tanto es así que el mexicano no pone límites a la ambición de una escuadra que, por lo pronto, se ha cobrado en lo que va de campaña piezas del calibre del Barça, Atlético, Valencia, Málaga, Athletic… “Seguimos luchando por Europa: Europa League, Champions… Creo que el equipo no se pone una meta, quiere seguir jugando y disfrutando hasta donde podamos llegar”.
Después de culpar a Montanier de haber colocado a los donostiarras en plena Santa Bárbara de la Liga: “Es un entrenador increíble. Una persona muy buena, que fomenta el buen rollo con los jugadores y nos pide opinión de todo. Creo que eso es bueno para que podamos tener confianza y llegar a donde queramos”, la estrella más refulgente en el firmamento blanquiazul se acuerda, veladamente, de esa legión de detractores que en su país de origen le tildaban de ser un ‘bluff’. “Uno madura a fuerza de palos. Los golpes malos te ayudan. A madrazos aprendemos, como dicen en mi tierra. Pero gracias a Dios las cosas me están saliendo bien y ayudan a callar muchas bocas de todos aquellos que hablaban mal de mí”.
Aunque no siente la necesidad de explicar abiertamente los motivos de su renuncia a vestir la elástica de su selección (rechazó la llamada de Chepo de la Torre para medirse a Jamaica en la jornada inaugural del Hexagonal final de la CONCACAF), Vela lanza señales inequívocas del porqué de su decisión. “Siempre he pedido que se me respete, sólo quiero que me dejen hacer mi trabajo. No me meto con nadie, sólo quiero que me dejen disfrutar del fútbol cada fin de semana, y eso es lo que estoy haciendo”.
LUIS GARCÍA: “Tiene 24 años, pero juega con la soltura de uno de 33. Es muy listo”
Quien sí rompe una vela (y hasta dos) por su compatriota es Luis García. El que fuera ariete donostiarra y también del Atlético reconoce estar impresionado con el trabajo que el 11 blanquiazul viene haciendo durante el presente ejercicio al servicio de su ex equipo. “Es un chamaco de 24 años, pero parece que juega como un tipo de 32 ó 33. Es como muy listo, muy ‘cancherón’. Provoca faltas, te retiene la pelota, su aporte es muy importante en esta Real Sociedad. Tiene sustento como tal”.
El segundo mejor artillero azteca de la Liga con 28 dianas, curiosamente una por delante del chaval de Cancún, ahonda en las virtudes que Vela exhibe sobre las canchas españolas cada fin de semana. “Difícilmente le ves pegar piques sin sentido. El tipo se guarda, sabe cómo y cuándo arrancar. Tiene un manejo de pelota exquisita, te limpia muy bien la zona, es rápido y escurridizo. Lo pones a jugar en el mano a mano y se larga de su par casi siempre. Me parece que mide exactamente cada esfuerzo que realiza en la cancha, con y sin balón”.
De su futuro, Carlitos prefiere no hablar. Porque no hay mejor mañana que un presente al lado de los Illarra, Xabi Prieto, Íñigo Martínez, Griezmann, Carlos Martínez, De la Bella, Rubén Pardo… “No sé, primero quiero terminar el año bien, a ver si podemos llegar hasta la Champions, que es el sueño que tenemos ahorita aquí en la Real. Y ojalá se dé”.
“Europa League, Champions… El equipo no se pone una meta,
quiere seguir jugando y disfrutando”