Un año después de que irrumpiera el conflicto armado en el sur del Líbano la capacidad de recuperarse y salir adelante de los niños y niñas peligra por la inestabilidad política actual y las amenazas contra la seguridad en todo el país.
En los últimos meses, la inestabilidad y crisis súbitas (desde incidentes con bombas por todo el país hasta el conflicto armado en los campos de refugiados palestinos del norte y los consiguientes desplazamientos) han renovado el sentido de inseguridad y de ansiedad en los niños y niñas del Líbano.
El año pasado, una guerra de 34 días entre Hezbolá e Israel empezó el 12 de julio de 2006 y hundió al Líbano en un intenso y repentino estado de emergencia humanitaria. El conflicto acabó con las vidas de más de 1.100 personas en el Líbano, más de 4.000 resultaron heridas y 900.000 tuvieron que huir de sus casas en el sur del país, según el gobierno libanés.
“Podemos ver señales evidentes de recuperación desde el conflicto de 2006, tales como la rehabilitación de depósitos de agua y los niños y niñas terminando el año escolar”, dice Roberto Laurenti, Representante de UNICEF en el Líbano. “Pero a la vez que valoramos lo que se ha logrado y lo que falta por hacer, es fundamental recordar que los niños y niñas todavía llevan cicatrices invisibles. La recuperación emocional requiere mucho más tiempo que la construcción de un puente, y en un país en crisis crónica, este será un proceso que se llevará a cabo a largo plazo.
Miles de niños y niñas fueron afectados por la emergencia, y UNICEF, junto con la Cruz Roja Libanesa, respondió rápidamente para alcanzar a las familias atrapadas en el sur y también a aquéllos que habían huido de sus pueblos. Mantener a los niños y niñas sanos era la prioridad, incluyendo la provisión de agua potable, kits de emergencia de salud e higiene, y de medicinas pediátricas esenciales, así como de vacunas para la polio y el sarampión.
Mientras las familias se apresuraban a volver a sus pueblos inmediatamente después del cese al fuego el 14 de agosto, UNICEF rápidamente distribuyó botellas de agua y folletos informativos con las señales de advertencia de una gran amenaza que todavía les esperaba: un millón de minas antipersona sin explotar bajo sus casas, campos y caminos. Adicionalmente, anuncios en vallas, radio y televisión se usaron para informar a los padres sobre los síntomas de angustia que sus hijos podrían mostrar tras el conflicto.
Después del regreso, UNICEF amplió su red de aliados en las áreas afectadas para cubrir las inmensas necesidades de los que habían vuelto. El enfoque humanitario pasó del mantenimiento de operaciones de alivio de emergencia a la puesta en marcha de actividades de recuperación en las áreas clave de agua, saneamiento e higiene, salud, educación y protección de niños y niñas y jóvenes. Algunos logros importantes en estas áreas prioritarias han incluido:
– La reconstrucción, reparación o ampliación de 37 sistemas municipales de suministro de agua para beneficiar a más de 300.000 personas;
– Mejora de la calidad y seguridad del agua por medio de sistemas de cloración para 22 pueblos en el sur;
– Vacunación de más de 300.000 niños y niñas por todo el Líbano contra la polio, en caso de que se hubieran perdido la inmunización rutinaria debido a la interrupción de los servicios de salud durante la guerra;
– Apoyo a la campaña de regreso a la escuela del Gobierno libanés, para minimizar el retraso en el comienzo del año escolar después del conflicto, proporcionando materiales esenciales de aprendizaje a 400.000 estudiantes en 1.400 escuelas;
– Producción de materiales y tutores de apoyo para enseñar a los niños y niñas en todas las zonas afectadas acerca de los peligros de la munición sin detonar;
– Formación especializada de apoyo a profesores y trabajadores sociales para trabajar con niños y niñas afectados por conflictos o crisis.
– Creación de espacios para los niños y niñas y equipos móviles de ayuda, proporcionando materiales de recreo y formación a más de 600 animadores para ayudar a los niños y niñas a recuperarse de la angustia a través de la expresión propia y potenciar el sentido de normalidad a través del dibujo, el deporte y el juego;
– Apoyo a centros de información para jóvenes, promocionando alternativas a la violencia a través del diálogo y la formación.
En los próximos meses, UNICEF y sus aliados continuarán trabajando en su respuesta para la recuperación de emergencia para desarrollar más a fondo la infraestructura actual para el bienestar de los niños y niñas no sólo en el sur del Líbano afectado por el conflicto, sino por todo el país. Los siguientes pasos clave incluyen:
– Continuar esfuerzos para mejorar la calidad del agua en los pueblos;
– Elevar la calidad de la educación, promoción de la salud, y apoyo psicológico en escuelas públicas, y también reducir el índice de abandono escolar en el nivel secundaria en las zonas desfavorecidas;
– Reforzar el sistema de atención primaria de la salud – incluyendo la inmunización rutinaria – para asegurar el alcance a las familias en todos los pueblos;
– Continuar apoyando programas comunitarios de recreo para ir más lejos en la recuperación emocional de niños, niñas y jóvenes y reforzar sus habilidades para sobrellevar las actuales tensiones nacionales. Desarrollar la capacidad de los voluntarios locales y ONG para realizar los programas a largo plazo;
– Fomentar la paz y tolerancia proporcionando oportunidades para niños, niñas y jóvenes de interactuar con otros chicos provenientes de diferentes contextos religiosos, políticos y sociales;
– Ampliar las series de television Sawtna producidas por jóvenes junto con UNICEF y LBCI (Corporación Internacional Libanesa de Radio y Televisión). Literalmente traducido como “Nuestra Voz”, Sawtna proporciona un vehículo para los jóvenes para investigar temas de su interés y producir reportajes para transmisión no sólo a través del Líbano, sino internacionalmente vía satélite.
“La guerra puso al revés la vida de miles de niños y niñas”, dice Laurenti. “Su resistencia es extraordinaria, y sabemos que los niños y niñas están camino a la recuperación. De cualquier manera, los niños y niñas del Líbano ahora viven sus vidas bajo la constante sombra de la inestabilidad política, y todos nosotros (desde organizaciones humanitarias hasta familias, desde el sector privado hasta legisladores de gobierno) necesitamos mantener el bienestar a de los niños y niñas como prioridad en nuestras mentes. Juntos somos responsables de su camino hacia el futuro”.