[UNICEF/ HQ00-0578/Shehzad Noorani BANGLADESH] |
Hace unos años se decidió en la Asamblea de las Naciones Unidas que el 22 de marzo fuese el Día Mundial del Agua. Este año cobra especial fuerza si pensamos que 2008 fue declarado Año del Saneamiento, y que en eventos como la Expo en Zaragoza el eje central girará en torno al agua.
¿Para qué tanta declaración sobre el agua? Lo principal es tomar conciencia de que no todo el mundo tiene acceso a agua potable con un gesto tan simple como abrir el grifo. En los países en desarrollo uno de cada cinco niños y niñas carecen de agua potable, y se calcula que un 40% de la población mundial no tiene instalaciones básicas de saneamiento.
La infancia es la principal afectada: cada quince segundos muere un niño o niña debido a enfermedades que se pueden atribuir al agua contaminada, un mal sistema de saneamiento y una higiene deficiente.
ODM 7
El Objetivo de Desarrollo del Milenio número 7 se fija en garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Para conseguirlo, una redistribución equitativa del agua es obligatoria. Desde el Norte, se hace necesaria una mejor gestión del agua que consumimos, porque casi siempre se nos olvida que es un recurso escaso del que no dispone toda la población por igual.
Días como el 22 de marzo deberían incitarnos a meter en nuestra agenda diaria el ahorro del recurso que más necesitamos para mantener vivo el planeta.