UNICEF/HQ94-1393/Shehzad Noorani – 12 de junio: Día Mundial contra el Trabajo Infantil (ppt. 5,3 mb) |
Una alta proporción de las 100 millones de niñas que trabajan en el mundo realiza tareas similares a las de los varones, pero con frecuencia ellas sufren privaciones adicionales y corren más peligros que éstos. Además, las niñas suelen estar sometidas a las peores condiciones laborales, ya que a menudo sus lugares de trabajo no están a la vista, porque están ocultos tras los muros de las fábricas, en lo más profundo de los campos o detrás de las puertas de sus propios hogares.
“Muchas niñas realizan las mismas labores agrícolas o fabriles que los niños, pero sufren una carga más pesada porque también deben dedicar muchas horas a las tareas domésticas en sus hogares o fuera de ellos”, explica Susan Bissell, Jefa de Protección de la Infancia de UNICEF. “El público no suele ver que muchas niñas de corta edad hacen trabajos domésticos fuera de sus hogares, lo que las expone a otros riesgos y peligros”.
Cuando se trata de decidir si las niñas pueden ir a la escuela, sus familias sufren la influencia de factores culturales y socioeconómicos. Además, existen otros factores que limitan la educación de las niñas, especialmente cuando llegan a la pubertad, como los peligros que puedan sufrir al ir o regresar de la escuela o la falta de instalaciones adecuadas de agua y saneamiento en los centros educativos.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), detrás de las formas más graves de trabajo infantil figuran prácticas tales como la venta o trata de niños; el reclutamiento forzoso de niños soldado; la oferta o el abuso de menores en la prostitución; y la oferta, la obtención y el uso de niños y niñas con fines ilícitos o para cualquier otra actividad que pueda perjudicarles.
El informe mundial más reciente sobre el trabajo infantil de la OIT indica que en 2004 había en el mundo 126 millones de niños y niñas involucrados en trabajos peligrosos que amenazaban su seguridad, su salud y su desarrollo. Los más explotados suelen ser los menores más vulnerables, como las niñas, los huérfanos, los menores provenientes de minorías étnicas y los niños de la calle, quienes también constituyen la mayor parte de la población infantil que no recibe educación escolar.
“La educación ofrece a los niños y niñas un ámbito seguro, pero cuando las familias deben escoger si es el niño o la niña quien debe ir a la escuela, las niñas suelen llevar las de perder”, comenta Bissell. “Entre las modalidades más eficaces para combatir las condiciones que son causa del trabajo infantil figuran la mejora de la educación escolar de los niños y niñas de las comunidades pobres, el aumento del acceso a programas de educación flexibles y debidamente financiados de los niños que trabajan y de otros menores marginados, y la eliminación del coste de matriculación para la educación primaria”.
En el año 2000, UNICEF, IKEA y el Gobierno de India establecieron una alianza orientada a atacar las causas profundas del trabajo infantil en la región productora de alfombras de ese país. Como resultado de esa alianza, en unas 500 aldeas de la región oriental del Estado de Uttar Pradesh se ha puesto en marcha un programa que hizo posible que unos 80.000 niños y niñas que no iban a la escuela recibieran educación. Desde entonces, IKEA y UNICEF han ampliado la cobertura de ese programa a otras aldeas de las regiones de Uttar Pradesh, donde se fabrican alfombras y artículos de metal, así como a las regiones algodoneras del Estado de Andhra Pradesh.
Sin embargo, los avances logrados en años recientes en materia de aumento del acceso a la educación y de reducción del trabajo infantil peligran debido a la crisis económica y financiera mundial, que amenaza la continuidad del progreso logrado. Pese a que muchos países han conquistado la meta de la educación primaria universal de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en muchos otros, en especial los de África subsahariana, las tasas de escolaridad primaria y secundaria continúan siendo bajas.
En este año, en que también celebramos el vigésimo aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, el mundo aún está muy lejos de su objetivo de eliminar la disparidad de género en la educación primaria y secundaria. UNICEF hace hincapié en que tanto las niñas como los varones tienen derecho a la educación. Las niñas que reciben educación tienen más probabilidades futuras de evitar la pobreza y garantizar la educación de sus propios hijos, lo que ayuda a combatir el trabajo infantil.
Nota: Los datos estadísticos citados provienen de la Organización Internacional del Trabajo.