“Cada cinco segundos se muere un niño de hambre. Un niño que hoy en día muere de hambre es un asesinato” Jean Ziegler, Ponente Especial ONU para el derecho a la alimentación
El derecho a una alimentación “sana y nutritiva” dejó de ser una cuestión moral cuando en 2001, tras la llamada de la FAO en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación celebrada en 1996, 182 estados lo reafirmaron.
La distribución del hambre Asia y Pacífico: 642 millones de personas África subsahariana: 265 millones de personas Latinoamérica y Caribe: 53 millones de personas África del norte y Oriente Medio: 42 millones Países desarrollados: 15 millones |
Se puede culpar a la crisis económica, a los desastres naturales etc, pero la verdadera realidad mundial es que la producción mundial de alimentos supera en 1.5 puntos a la demanda. Según la FAO en las dos últimas décadas la producción de alimentos aumentó un 2%, a la par que el crecimiento de la población disminuía en un 1.14% anual.
El problema no es la escasez, sino el acceso a estos alimentos, el mal reparto de los recursos, el robo de la biodiversidad por parte de las multinacionales, la elección determinados cultivos y ganadería… Para producir un kilo de carne se necesitan siete de cereales, que podrían alimentar a la población, y 70.000 litros de agua, según un estudio de Naciones Unidas de 2004.
Como consecuencia del despilfarro de recursos la población que vive en los países desarrollados, (quinta parte de la población mundial), utiliza 8 hectáreas de terreno por habitante, expandiéndose mucho más allá del territorio que ocupan los países en los que habitan, exactamente 4 veces más. Mientras, al resto del mundo le quedan 2 hectáreas por persona.
Por otro lado, si se habla de dinero, acabar con el hambre cuesta 30.000 millones de dólares al año. Esta cifra supone menos del 1% de lo que los gobiernos han invertido en salvar al sistema financiero de la crisis.
Mientras, el gasto en armamento ha aumentado un 4% este año a pesar del contexto de crisis mundial, y las ayudas al desarrollo y la acción humanitaria han retrocedido hasta cifras de hace 20 años. Sin embargo, invertir en paliar el hambre es mucho más rentable puesto que la desnutrición hace al ser humano improductivo.
El hambre y la infancia
Más de 10 millones de niños y niñas menores de 5 años mueren anualmente, y más de la mitad de estos casos están relacionados con la desnutrición. No obstante, Ann. M. Veneran, Directora Ejecutiva de UNICEF, afirma que “combinando los tratamientos comunitarios y las nuevas tecnologías, es posible llegar a los niños y niñas que sufren desnutrición y encontrar una solución a este problema, que es una de las causas más importantes de mortalidad en la infancia”.
¡Salvar a un niño del hambre y sus consecuencias cuesta 30 euros!