Los esfuerzos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, se concentran en dar acceso a agua potable, saneamiento, alimentos y atención sanitaria, y en asegurar la protección de los niños haitianos
UNICEF, que trabaja en Haití desde 1949, ha activado un dispositivo especial con un equipo que ya está en la zona, centrado en aliviar de inmediato las consecuencias que el terremoto ha provocado en los niños haitianos.
El viernes llegó el segundo avión fletado por UNICEF, con mantas, tiendas y bidones de suministros. La oficina del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en República Dominicana se está utilizando como centro de operaciones.
Se calcula que el terremoto ha afectado a 3,5 millones de personas, congregadas ahora en los parques de Puerto Príncipe para evitar que estén dentro de edificios que puedan sufrir las consecuencias de nuevas réplicas. UNICEF está trabajando para paliar los efectos en los niños y, según el plan inicial, la organización necesita unos 11 millones de euros.
Son muchas y muy graves las consecuencias que este terremoto está teniendo en los niños. La catástrofe ha tenido lugar, además, en un país que ya vivía en situación precaria y en una lucha permanente por sobrevivir y por recuperar la paz.
El objetivo en las actuales circunstancias es que la población de Haití pueda disponer de servicios de agua y saneamiento, nutrición y atención sanitaria, y que los niños y niñas estén en un entorno de protección que, en la medida de lo posible, también garantice la continuidad de la actividad escolar.
El terremoto ha destruido muchos de los servicios de agua y saneamiento. La escasez de agua lleva a las familias a consumir agua contaminada y la falta de instalaciones de saneamiento provoca un altísimo riesgo de propagación de enfermedades, que afectan gravemente a la infancia. UNICEF está distribuyendo pastillas potabilizadoras y bidones para almacenar agua. También está instalando letrinas provisionales para prevenir brotes de cólera, malaria y otras enfermedades relacionadas con el agua.
Haití tenía, antes del terremoto, unas tasas de malnutrición que diezmaban a la población infantil. Ante la dificultad actual de acceder a alimentos, para UNICEF es fundamental continuar el tratamiento de los niños con malnutrición y prevenir la aparición de nuevos casos. Por ello, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia está reforzando la entrega de alimentos, galletas con alto contenido proteico y micronutrientes.
Las secuelas psicológicas que un desastre de esta naturaleza causan en los niños son profundas y muy difíciles de superar sin apoyo. Además del miedo que genera un impacto como este terremoto, la separación de las familias, la falta de un hogar, el hacinamiento y descontrol que se genera en las emergencias, convierten a los niños en víctimas potenciales ideales de abusos y maltrato. Para evitar estos riesgos, UNICEF está habilitando espacios seguros para la infancia donde los niños pueden recibir apoyo psicológico y jugar.
Para la estabilidad emocional de los niños, es fundamental que recuperen una sensación de normalidad en sus vidas. En este sentido, UNICEF trabaja para la reanudación inmediata de la actividad escolar mediante escuelas provisionales a las que UNICEF suministra material escolar.
Debido a que la capacidad de los servicios de salud está desbordada para responder a esta emergencia y a que los hospitales están saturados, UNICEF está distribuyendo kits sanitarios, vacunas y equipos sanitarios.
Para donaciones – www.unicef.es Teléfono especial de emergencias: 902 255 505
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