Durante los últimos 15 años, 700 millones de personas han salido de la pobreza, se ha salvado la vida de 48 millones de niños y niñas menores de 5 años y 5,9 millones de niños y niñas han escapado de las garras de la malaria.
En este marco de logros y progresos, llegan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030, una nueva hoja de ruta tras poner fin al recorrido marcado por los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio (2000-2015).
¿Qué diferencias hay entre los ODM y los ODS?
–Sostenibilidad. Si queremos garantizar la vida y los derechos de las personas y el planeta tierra, el modelo a seguir tiene que ser sostenible.
–Equidad. Los ODS incluyen un enfoque en el que se tienen en cuenta más parámetros que reflejan mejor la realidad para poder trabajar con ella.
–Universalidad. Los ODS establecen que no se puede hablar de agenda de desarrollo si no se asume que todos los problemas están interconectados y hay que abordarlos desde todos los países.
–Compromiso. Los ODS comprometen por primera vez a todos los países del mundo. Esto significa, por ejemplo, que el Gobierno del Estado español tendrá que aplicar la Agenda 2030 en sus políticas internas.
–Alcance. Frente a los 8 ODM, ahora tenemos 17 ODS con 169 metas a alcanzar.
En términos de infancia, se apuesta por poner fin a la mortalidad entre recién nacidos y niños y niñas menores de cinco años en los próximos 15 años. Se proponen también medidas para acabar con todas las formas de desnutrición antes de 2030. Otro de los objetivos es proteger a todos los niños y niñas de la violencia, la explotación y el abuso; erradicar el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y otras prácticas nocivas, y el trabajo infantil en todas sus formas; así como garantizar que todos los niños y las niñas accedan y permanezcan en el sistema educativo.
¡Una agenda ambiciosa pero posible, porque SE PUEDE CAMBIAR EL MUNDO!