Un lechero basko que se está muriendo en el hospital reúne a sus dos hijos, su hija y su esposa y, rodeado por todos ellos y su enfermera, les reparte su herencia:
Dice a su hijo mayor:
– A ti, Pedro, te dejo las casas de Indautxu.
– A ti, hijita, te dejo todos los apartamentos de la Plaza Elíptica!
– A ti, Carlitos, por ser mi hijo menor, con un gran porvenir, te dejo las oficinas del Centro Iberdrola.
– Y a ti, mi querida esposa, el edificio de las Torres de Isuzaki…
La enfermera, impresionada, le dice a la esposa:
– Señora, su esposo es muy rico: les está legando muchas propiedades!
Y la esposa, sin perder el tiempo le responde:
– ¡¡¡¡Qué rico ni qué ni mierda!!! ¡¡¡Esas son las rutas por donde reparte la leche…!!!!