OSKAR L. BELATEGUI. / De Lloret de Mar a Punta Umbría, el olor a fritanga mediterránea es el mismo. Difícil escapar del hedor a goma de colchoneta en las tiendas de souvenirs, a aceite de coco en los atestados arenales, a sobaco de hooligan en los chiringuitos. Idéntico. Peñíscola no es una excepción. La ‘arquitectura’ […]