Me encontré al padre de mi hija
en una rotonda.
Llevaba una moto más grande que la mía.
Le reconocí porque salió de la nada tomando el carril del medio para luego desaparecer dejando apenas un humillo blanco y destemplado.
“Igualito que hace doce años”, pensé.
Antes de arrancar me fijé en lo que me quedaba de gasolina:
……………………….depósito lleno.
MUAM
*photo by @cristinachanche