Hora y media limpiando el frigo por dentro.
El cajón de la verdura fue lo más… junto con el huequito de las leches, el caldo, el ketchup y la mostaza cara.
Al acabar sentí un orgullo casi visceral,
como de parturienta.
Abría, miraba y cerraba; abría, miraba y cerraba mientras repetía “ea, ea, ea”.
Sólo me faltó darle teta.
*Photo by @lalovenenoso