Mi gata me regala
pájaros, lombrices, saltamontes, abejorros, arañas de tamaño L y escarabajos como puños.
Los mata
y me los regala.
Yo le doy las gracias, le acaricio el lomo
y voy enterrando los cadáveres con una mezcla equilibrada de pena y asco.
Tengo la insondable interpretación del amor
a mis pies.
Tengo la tibia matriz de la muerte
en la alfombra de casa.