Aulló tres veces “auxilio”
mientras me daba tiempo a abrir la puerta.
Le pareció ver a un ladrón en su felpudo
antes de que escapara en moto
sin volver la vista atrás.
Llegué a la cama pensando
en que Aurora debe ser de imaginación fácil,
de que también vivo en un bajo con felpudo
pero que yo
-indudablemente-
hubiera gritado “socorro”.
En ese instante,
sentí calor ajeno
y se me cortó de cuajo
el miedo,
el psicoanálisis
y la tontería.
MUAM
*Photo by @lalovenenoso