Nací en el pasillo treintayochoC del Ikea de Barakaldo. Parto fácil y limpio porque venía ya encajau. Niñez y eso sin más. Cojín allí, cojín allá. Luego ya de semiadulto, un chaval me llevó a un pisito como pal turisteo ñoñostiarra. Ná. Cuatro cigarros mal apagaus y poca cosa. Pero mi vida se mudó.Todo
ha
merecido
la
pena.
Viernes, “me enamoré de ti cuando por primera vez compartimos porquerías. Si quieres amar bien a alguien, -me dijiste- no olvides rebuscar en su basura” (David Mariné).
MUAM