Nos enseñan a dividir la realidad en
lo que es normal y lo que es anormal
y de esta forma tan cínica,
vivimos.
Si además, osamos trasladar la etiqueta a quienes nos rodean
cerramos el círculo de la hipocresía más cruel.
La sonrisa de mi hermana anormal no era normal, efectivamente.
La sonrisa de mi hermana era de otro mundo.
MUAM