Llega despacio
y comienza a amasar rítmicamente,
inerme,
aliterando una sola erre
que empieza y acaba igual
y sin otra intención que
heñir y soltar
heñir y soltar
el tiempo que sea necesario
hasta que el silencio diga
y el calor avise
de que es el momento de parar.
Para el gato es instinto.
Para mí,
también.
MUAM
*photo by @martinneuhol