Me dediqué a etiquetarlos.
A todos los que veía a ras de toalla:
había uno tamaño Big Mac
un tefollotolrato
el Nise (ni se hablan, ni se tocan, ni se miran)
a mi izquierda, un kilómetrocero
y a mi otra izquierda, uno tímido y lésbico y tímido otra vez.
Luego, me fijé en un semi cachas sentado en una silla
con un calippo limalimòn y un móvil.
Escribía y chupaba.
Escribía y chupaba.
Sonreí.
Me puse tetas párriba.
Me quemé.
Pero para cuando me di el
aftersun
ya había puesto
nombre
al mío:
………………………………….amor magnesio.