Salgo a entrenar.
Las sensaciones son penosas así que me da tiempo a fijarme en que cada ocho o nueve árboles,
hay colocado un nido.
A alguien se le ocurrió cómo, dónde, para quién y para evitar qué.
La realidad sigue siendo penosa así que me da tiempo a pensar por qué las mujeres asesinadas por hombres
no encontraron ninguno.
Ninguno.
Ningún nido.