En el mes de abril llegó a mis oídos la creación de un festival en Basauri que traería al municipio vizcaíno a varias bandas punteras a un precio más que competitivo durante varios fines de semana de mayo. En la iniciativa MAZ Basauri (Musika Alternatibo Zikloa) unían sus fuerzas el Ayuntamiento basauritarra, el teatro Social Antzokia (recinto de los conciertos) y varias asociaciones culturales. El hecho de que instituciones y asociaciones diferentes aunaran esfuerzos por montar un festival de calidad y accesible, dejando a un lado las cosas que los desunen y haciendo hincapié en las que los unen, me pareció una forma de trabajar que deberían de tomar en muchos lugares.
El Social Antzokia ha sido el lugar que ha acogido los diferentes conciertos. Es un teatro al que le quitaron las butacas para el festival (al estilo de lo que se ha hecho en el Teatro donostiarra Victoria Eugenia alguna vez) para crear un aforo de 700 personas. Todos los conciertos han superado la media entrada y no es de extrañar. Los precios eran de los llamados populares: las entradas individuales para cada día costaban 10 euros la anticipada y 12 en taquilla, mientras que el bono para todos los conciertos se podía comprar por 30 euros. El cartel ha sido el siguiente: Delafé y las flores azules compartió escenario con Niños mutantes (4 de mayo), Nacho Vegas lo hizo con New Raemon (11 de mayo), Lisabö con Anari (18 de mayo) y el último show corrió a cargo de Sidonie y Dinero (1 de junio).
Si los precios de las entradas y el cartel ya llamaban la atención por sí solos, el precio de las consumiciones terminó de redondear el plan que han decidido hacer muchas personas durante estas cuatro fechas. El bar Dafne de Basauri se ganó el derecho a gestionar la barra gracias a un concurso público, promulgado por el Ayuntamiento de Basauri para revitalizar la economía de la hostelería local. Por poner algún ejemplo, la caña costaba 1,5 euros y el combinado 3,75.
Los conciertos han sido un éxito: el primer día acudieron 600 personas, el segundo más de 550, el tercero algo más de 400 y para ver a Sidonie y Dinero aún no hay un número oficial de asistencia, pero en la venta anticipada se habían vendido 500 entradas (dato de la víspera del show). Los organizadores han dado una lección de cómo se puede montar un espectáculo musical atractivo sin desangrar el bolsillo del consumidor. Tomando este ejemplo se demuestra que sin abusar del espectador con la entrada y los precios de las consumiciones se puede fomentar el consumo de buena música y hacer que el negocio funcione. Todos salen beneficiados: se llena el recinto, se consume en las barras y si al asistente no le dejas tieso con la entrada y demás, es posible que compre merchandising de las bandas.
Acudir al Social Antzokia para participar como público en el MAZ ha sido una de esas experiencias que te hace reconciliarte con el negocio de la música. Sentir que no te tratan como un número más dentro de una masa, no tener que atracar un banco para beber una cerveza y poder disfrutar de una noche de buena música sin tener que pasar semanas de pena tras gastar los ahorros en una entrada abusiva, son esos detalles que se agradecen. Música para todos.