Fagersta (Suecia), en el año 1993, vio nacer a The Hives. Desde el primer acorde demostraron personalidad y carácter, y con el paso de los años se han convertido en una banda top. Tras “Barely legal” (1997), “Veni Vidi Vicious” (2000), “Tyrannosaurus Hives” (2004) y “The black and white album” (2007), rompen su silencio de estudio con “Lex Hives” (2012). Es cierto que en 2010 editaron “Tarred and feathered”, un EP con 3 versiones que utilizaron para ver qué sonido podían sacarle al nuevo álbum que preparaban.
Con “Lex Hives” me dan las razones suficientes para seguir diciendo que son una de las mejores bandas del panorama musical internacional. Sin desviarse de su ADN y con las innovaciones lógicas de muchos años de kilómetros, han conseguido realizar un disco acorde a lo que se esperaba de ellos. Pura tralla salvaje mezclada con la elegancia que les caracteriza, canela fina. El disco da comienzo con un corte muy del estilo de los suecos, llamado “Come on“, que apenas sobrepasa el minuto y es una auténtica bala que nos hace ponernos en alerta para no perder detalle del resto del redondo.
“Go right ahead” es el primer single del nuevo trabajo, un tema que no chirría por ningún lado. Es tan redondo como la forma de un vinilo, con unos vientos tan bien introducidos que asusta el buen juego que dan a la canción. El videoclip tampoco tiene desperdicio, otra gran paranoia muy en la onda del que hicieron con “Tick tick boom”. “1000 Answers” es una canción sin florituras, con ese ritmo de garaje tan característico de ellos y que no se excede en el tiempo mas de lo necesario. “Whait a minute” huele a segundo single y podría ser un tema perdido del anterior disco, en la línea más experimental del grupo. Pese a alejarse ligeramente del punk más acelerado, es un tema imprescindible en la forma de ser de los Hives. A esta canción le precede “I want more”, que desde la primera escucha se da un aire en su inicio al “Back in black” de los AC/DC. Es uno de los temas más rockeros, de ritmo algo más endurecido y canalla.
Encontramos más garaje en “Patrolling days“, otro corte rápido y directo. Al igual que “1000 Answers”, es otro ejemplo de su fórmula que tan buen resultado les sigue dando. Machacan los tímpanos con “The back the toys” como solo saben hacerlo ellos y la enlazan con “Without the money“, un tema lento y gritón que bebe de otros antiguos como “Diabolic scheme”. Punk-rock para acelerar de nuevo con “These spectacles reveal the nostalgics“, para luego jugar al despiste con la introducción de “My time is coming” y rematarla con un frenético ritmo donde destaca el trabajo de Chris Dangerous a la batería con un ritmo que recuerda al lejano oeste. En “If I had a cent” se sacan de la manga otra melodía rápida y pegadiza que conduce con brillantez a “Midnight Shifer“, donde aparecen los vientos de nuevo en un final perfecto y trepidante para el álbum.