Reconozco tener cierta nostalgia de la semana que hemos pasado en Escocia. Sus gentes, sus paisajes o sus ciudades: todo merece la pena. El sábado pasado estábamos en Drouthy’s, pub situado en el centro de Glasgow, tomándonos unas Tennent’s mientras veíamos cómo Escocia ganaba diez años después en el Seis Naciones a Inglaterra. Toda una experiencia. Recomiendo encarecidamente este lugar: buen ambiente, buenas cervezas y un rico fish and chips. Agudicen bien el oído con las amables mujeres que lo regentan por las mañanas: ellas fabrican el acento escocés. Al día siguiente, circulamos durante toda la jornada por las estrechas carreteras de las Highlands de la mano de Nicola, que nos contaba las historias del lugar mientras conducía. Tuvo un rato para hablar de la música nativa y sacar pecho con muchos de los artistas locales. Escocia es una tierra fértil en este sentido y lugares como Glasgow están repletos de garitos que programan música en directo casi a diario.
Nicola citó a varios grupos y se acordó de los hermanos Young. Aunque AC/DC es una banda australiana, Angus, Malcolm y Bon Scott (de este último se olvidó) nacieron en territorio escocés. De vuelta en la península y tras sufrir los rigores del temporal que azotó el Reino Unido e Irlanda a finales de febrero y comienzos de marzo, me he puesto a rebuscar en las discografías de conjuntos escoceses. Cito a un puñado, pero ni son todos los que están, ni están todos los que son.
Texas (Glasgow, 1986) están capitaneados la carismática Sharleen Spiteri y han publicado éxitos como “Summer Son” o “I Don’t Want a Lover”. Primal Scream (Glasgow, 1982), por su parte, son los creadores de temazos como “Rocks” o “It’s Alright, It’s OK”. The Jesus and Mary Chain (East Kilbride, 1983) son uno de los grupos de culto de la isla.
Franz Ferdinand (Glasgow, 2002) son un seguro de éxito con canciones como “Take Me Out” o “Do You Wan To”. Imposible olvidarse de The Proclaimers (Edimburgo, 1983) y su himno “500 miles” o Simple Minds (Glasgow, 1977) y su “Don’t You (Forget About Me)”. Por otro lado, Snow Patrol (Dundee, 1994) hacen un reconocible rock alternativo.
Belle and Sebastian (Glasgow, 1996) han logrado mucho éxito desde que salieron a escena gracias a sus ritmos tranquilos y agradables. El pop de Teenage Fanclub (Bellshill, 1989) con temas como “Sparky’s Dream” es un buen ejemplo de lo que tiene que ser una bonita melodía. No es difícil ver a Glasvegas (Glasgow, 2003) en cualquier festival indie y Travis (Glasgow, 1990), que siguen en activo y a buen nivel, vivieron momentos de mucho éxito.