Hay conceptos que siempre me han resultado ambiguos, necesarios de una aclaración adicional. La primera vez que caí en las garras de una agencia de viajes atraída por los titulares en fosforito -8 días, 7 noches, AD, tasas y suplementos no incluidos-, creí en mi ignorancia que no en mi estupidez, que lo de “suplemento habitación individual” era un error de imprenta pues me parecía de lógica cartesiana que si en vez de utilizarse una habitación doble se contrataba una simple debía haber una bonificación, no un suplemento. Craso error el mío.
También, de eso hace ya muchísimos años, la primera vez que vi un cartel en una zapatería indicando “pares sueltos”, pensé que se podía comprar un solo zapato si, por ejemplo, se te había roto el izquierdo o el derecho o eras cojo –es decir, que te faltaba una pierna o un pie. Más reciente es mi confusión acerca de las “cenas gastronómicas”… ¿las anunciarían si no como “cenas asquerosamente cocinadas”?-.
Pero a lo que voy. Resulta que si quieres contratar un viaje organizado con la peregrina idea de viajar en solitario (vaya paradoja) debes pagar el famoso suplemento individual que, en el mejor de los casos, asciende al 50% o incluso más del importe original ofertado. Es decir, que si viajas solo estás jodido. Comerás por uno, utilizarás solamente una cama, un juego de toallas, ocuparás un asiento, PERO pagarás por un acompañante invisible.
¡Qué papelón, una vez en el autocar, cuando pasen lista y te quedes aislado, con un asiento vacío a tu lado, todo el mundo te mire imaginando si eres viuda o divorciada o demasiado insociable como para encontrar compañía para el viaje…! Y qué mal rollito cuando todos hagan su grupito y a ti te miren con pena y condescendencia y te dicen eso de: “¿quieres venir con nosotros…?”. Y tú pondrás cara de circunstancias y cómo les dirás que tú viajas sola porque estás sola y punto, que no es obligatorio ir en plan guardia civil para ver las pirámides, que no hace falta que te hagan un estudio psicológico…
Es una absurda e injusta discriminación, un abuso tolerado y tramposo. Yo propongo que cambien esa cláusula de “suplemento individual” por otra que diga “Si viaja solo le hacemos descuento” y de esa manera seremos más felices todos los que nos tengamos que enfrentarnos en algún momento a la difícil decisión de quedarnos sin viajar o pagar el doble. Aunque también existe la posibilidad de elegir al mejor amigo o a la mejor amiga y, por el mismo precio, invitarle a acompañarnos…
¡Qué buena idea he tenido…¡
LaAlquimista.
Nota Bene.- ¿Qué tal un comentario o crítica? Gracias…
Para ver más: www.apartirdelos50.com