Esta es una pregunta retórica, obviamente, todos sabemos que las fiestas de Navidad son esos días entrañables en los que etc. Lo que me llama la atención es comprobar cómo, año tras año, se sigue repitiendo –en buena parte de la sociedad- una pauta desagradable y contradictoria. Me refiero a esa costumbre de reunirse por Navidad familiares que, prácticamente, no han tenido entre ellos contacto durante el resto del año. Parece como si, por ser Navidad hubiera que juntarse y lamento constatar que es así.
¿Quién nos ha dicho que por recibir en casa al hermano con el que llevamos enfadados desde los veinticinco años somos mejores personas? ¿Realmente nos creemos que se computa en algún libro de buenas acciones las sonrisas y amabilidades dedicadas a quien antes hemos criticado ácidamente y a quien después seguiremos criticando con virulencia? Sí, ya sé que todo esto es un lugar común, el topicazo de todos los años por estas fechas, pero cuando el río suena, agua lleva.
Sé que es cierto que muchos se quieren de verdad, que son una piña, pequeños clanes enhebrados por el afecto que son felices pasándose la pelota del cariño. Es lo que yo llamo “familias de película” y lamento estar con la racionalidad a cuestas todavía cuando de estos temas se trata. Tanto me afecta que ni siquiera soy capaz de ironizar al respecto. Por cierto que en “mi casa” llevamos ya más de tres semanas tirando de teléfono discutiendo si la Nochebuena aquí, la Navidad allá, que el año pasado hicimos así y éste toca asá, recordándonos las broncas que se montaron por tal o cual actitud, lo que tú hiciste o yo dejé de hacer…
Ya falta menos para Semana Santa.
En fin.
LaAlquimista
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