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Cecilia Casado

A partir de los 50

Adiós, Madrid (II)

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Andar un domingo por Madrid y no ir al Rastro era- hace unos lustros- un pecado mortal. Tomarle el pulso a la marabunta tiene su cosa, es todo un aprendizaje; pero cuando esta se compone básicamente de turistas y la Ribera de Curtidores en un gigantesco mercadillo globalizado, ya la cosa cambia. Es la misma feria que se repite en todas las ciudades; del tianguis mexicano al mercado turco previo paso por los contenedores del puerto más cercano. La misma mercancía en todas partes pero con el precio modificado. Sin artesanía local es como un gran “bazar chino” al aire libre y con “manguis” sueltos.

madrid-charlatanSi rebuscas, encuentras, y yo me quedo con los charlatanes que venden pela-verduras con honestidad emocional, trabajando el coaching a pie de calle, currantes auténticos expulsados de la globalización, predicadores únicos del último baluarte del trato directo con el cliente. Necesitaba realmente ese artilugio para sacarle el corazón a la patata en forma de remolino, ese otro que hace “espaghettis” con el calabacín y qué decir del que pica y repica cualquier cucurbitácea con diseño sueco. Los adoro. Y ellos a mí; somos bichos raros cada uno en lo nuestro. Artesanos de la palabra para vender…o no vender nada. (Mi saludo desde aquí a Manolo y su marca “Flipo” que me hizo flipar).

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A la hora del hambre (que es cualquiera para un vasco), cayeron callos y caracoles en los lugares típicos, para rematar -al borde del colapso digestivo- con unas sardinas asadas en casa “Santurce”, madrid-bar-santurceun lugar que pasa de todo, como hace cincuenta años: ellos te ponen las sardinas en el platillo y te las comes a bocaos. No hay más intríngulis.

madrid-mercado-san-miguelccIgual, igual, que en el mercado de cartón-piedra de San Miguel, junto a la Plaza Mayor, donde el postureo de los pintxos de diseño deja avergonzado a cualquier vasco que se precie, ya que ofrecen lo que les da la gana a precios de sueldo de exministro y que me negué en redondo a pagar,apretujada en las barras con un billete de 50€ en la boca. ¡Qué listos los que venden, qué tontos los que compran y qué martirio para los que están entre unos y otros! En fin.

En la Plaza Mayor siguen vendiendo bocatas de calamares como parte de una tradición –no sé si por exorcizar su lejanía del mar- y quise volver al bar que todavía existe donde comí kilos de este molusco cefalópodo durante la mala racha que me tocó vivir en Madrid cuando fui a “buscar fortuna” recién acabados mis estudios…allá por el pleistoceno.

madrid-casa-ruacc Un amable camarero se apiadaba de la jovencita veinteañera de poquísimos posibles que trabajaba en una agencia de publicidad pero a la que no pagaban todavía y a la que permitía comerse dos bocadillos del tirón, regados con una caña y despedía con un guiño amable hasta el día siguiente… cuando el jefe daba la espalda a la barra. Teníamos algunos sueños parecidos y las mismas ganas de comernos el mundo con calamares o sin ellos…pero por lo menos le pagaban. No pongo el nombre del bar no vaya a ser que “triangulen” y vayan a por un trabajador jubilado que fue mi Robin Hood particular. Gracias, Rafa, con tantísimos años de retraso. Os incluyo aquí un poco de historia gastronómica que nunca viene mal. https://www.alimente.elconfidencial.com/gastronomia-y-cocina/2018-07-04/bocadillo-calamares-madrid-gastronomia-tipico_1587333/.

conejito-madrid-plaza-mayor-2Paseo por Madrid con la boca cerrada y los ojos muy abiertos. La calle Zorrilla donde viví varios meses, la famosa puerta y el no menos famoso parque. El museo que no existía entonces (Thyssen) y que ahora alberga algo precioso de Monet y Boudin y Vasarely. El estanque y la estatua del ángel caído; la gente que tanto ha cambiado, que nos señalaban con el dedo a los de “provincias” cuando visitábamos la “capital del reino” porque se nos reconocía “el pelo de la dehesa”. A ver quién dice nada ahora…

madrid-conejito-xUna cervecita en las terrazas del antiguo matadero de la villa, limpio ya de malos olores y reconvertida la agonía animal en más inquietud intelectual o postureo a tres euros la caña. Todo tan moderno y aséptico ahora que multan a quien no retire sus propios contenedores de basura de la calle, que se los tienen que financiar los habitantes en vez de pagarlos el Ayuntamiento, eso sí que es progresía y no lo de mi Donosti que hay casi un contenedor por ciudadano: verde, azul, amarillo, gris, marrón… ¿para cuándo el rosa para depositar los sueños truncados?

madrid-catedral-de-la-almudenaccDe las aceras excrementadas por los perros –esto es algo que nos une a todas las comunidades del reino, doy fe de ello- que viven con animales de dos patas…al palacio Real, que tenía que verlo por lo menos una vez en la vida y, ya visto, olvidarlo para los restos. Representa algo que no me conmueve, ni siquiera en sus salones, sus muebles, tapices, porcelanas o armaduras. Quizás me llama la atención el pliego de abdicación de un rey y el juramento del siguiente… Pero ya digo: ningún interés de crecimiento personal como no sea comprobar el Photoshop sobre el lienzo que los maestros pintores (funcionarios al fin y al cabo) hacían a los monarcas retratados para que parecieran un poco menos feos de lo que en verdad eran. Todo se inventó ya hace mucho tiempo.

madrid-gran-viaMadrid me ha dado en esta semana compartida horas y horas de enjundiosa conversación con Ángela y su marido; veladas a la fresca tranquila, tertulias compartiendo una buena copa (preparadas por mí que tengo mano de santa) y recuerdos e inquietudes, algunos problemillas que agonizan y algunos sueños todavía por despertar.

Lo mejor es siempre la amistad, la hospitalidad, los brazos abiertos, el cariño, las ganas de compartir para el mutuo enriquecimiento. Ahí está el auténtico lujo al que nunca querré renunciar… e iré a su encuentro donde quiera que estén quienes me quieren.

Gracias otra vez de corazón.

Felices los felices.

LaAlquimista

Por si alguien desea contactar:

apartirdeloscincuenta@gmail.com

 

 

 

 

 

Filosofía de Vida y Reflexiones. Lo que muchos pensamos dicho en voz alta

Sobre el autor

Hay vida después de los 50, doy fe. Incluso hay VIDA con mayúsculas. Aún queda tiempo para desaprender viejas lecciones y aprender otras nuevas; cambiar de piel o reinventarse, dejarse consumir y RENACER. Que cada cual elija su opción. Hablar de los problemas cotidianos sin tabú alguno es la enseña de este blog; con la colaboración de todos seguiremos creciendo.


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