En el Grupo II de Segunda División B compiten siete equipos filiales: Athletic B, Real Sociedad B, Real Madrid Castilla B, Las Palmas B, Getafe B, At de Madrid B y Rayo Vallecano B. En sus filas juegan futbolistas en formación que están acumulando minutos de juego en su largo camino hasta llegar a la cúspide. Para ello deberán sortear muchos obstáculos, como competir con equipos que tienen jugadores veteranos que se las saben todas, pasar semanas sin competir porque se les reclama para suplir a los jugadores lesionados del primer equipo y acaban haciendo una función de relleno. También hay semanas que entrenan con el primer equipo y luego vuelven al segundo, lo que provoca un descontrol en su cabeza y no saben asimilar en dónde están.
El futbol debe de abrirse lo máximo posible para que puedan disfrutar de él cuanta más gente, muchísimo mejor. Sería un útbol más equitativo y pongo por ejemplo al Barça B. Juega en la Liga Adelante con un montón de figuras fichadas a golpe de talonario y en plan captación -que no es cantera-.Un año quedan quintos y el año siguente – tras quitarles siete futbolistas- las pasan canutas para mantener la categoría o la pierden. ¿No sería mejor que en ese lugar estén equipos con ciudades de 100.000 habitantes como Cádiz, Oviedo o Murcia, por citar alguna? Normalmente a ver a los filiales van muy pocos aficionados y los campos de estas ciudades acudirían alrededor de las 15.000 aficionados.
Países como Alemania o Italia disponen de una competición llamada ‘Primavera’, que está absolutamente separada del sistema profesional y congrega a jugadores sub-19 de los equipos más potentes de sus países. Por eso creo que el modelo de los equipos filiales en nuestro país debe de revisarse, para que no se poduzcan las diferencias que comentaba. El entrenador español Rafa Benitez aprovechaba estos equipos filiales para que jugadores entrados en años o que salían de lesiones graves cogiesen minutos y volvieran así con un ritmo de competición más acorde a la superior categoría. Los jóvenes por su parte competían en desventaja y así aprendián a superar las dificultades de la verdadera formación para el fútbol profesional.
Pero no nos podemos olvidar que la Segunda División B puede entrar en un bucle muy peligroso. En la temporada pasada bajaron por impago varios equipos, pero sin embargo esas plazas vacantes se podían comprar por 190.000 euros, lo que echó para atrás a muchos equipos. Los momentos de crisis económica que estamos pasando no son ajenos al fútbol y muchos conjuntos no pudieron hacer frente al dinero que se exigía. ¿Pero quiénes compraron esas plazas vacantes? Fácil, los que más dinero tienen: Real Madrid, Español, Levante.
Esta atipica situación esta provocando que haya muchas voces que sugieran que se ponga en marcha una liga de filiales y están invitando los modelos de Alemania, Francia, Italia o Inglaterra. Aunque también es verdad que siendo Astiazaran presidente de la LFP contó con la presencia de Roberto Olabe para poder intentar hacer una liga de filiales, pero no prosperó. Y en mi opinión, visto lo visto, es fundamental en nuestro futbol profesional la creación de una competición de estas características.