Sábado, 16,00 horas. Entramos en Eibar por Acitain. Banderas en los balcones y niños vestidos con el equipaje del Eibar y también muchos padres y abuelos. Nos dirigimos a la Plaza Unzaga. Calle cortada hasta El Corte Inglés y retorno hasta dicha plaza para subir camino de Ipurua. En Unzaga estaba todo el pueblo, futboleros y no futboleros. El ambiente es fantástico. Música, kalejira y un ruido ensordecedor. El equipo se jugaba mucho, el partido mas importante de su historia.
Una vez en los aledaños del campo, primera estación: el cortadito leche y leche de rigor en el Bola Toki. Es el termómetro. Se palpa el ambiente del partido y los chascarrillos futboleros. Lo más sonado: «hoy el Eibar no va a fallar, ganamos seguro. Pero hay que mirar con ese tercer ojo a Granada y Barcelona» Qué razón tenían. Subimos escaleras y a esperar las alineaciones de uno y otro equipo. Vemos que el Eibar sale con todo y el Córdoba llega con bajas y completa la convocatoria con jugadores del equipo filial. Echa a rodar el balón y se ve un equipo local intenso y con una energía que se comía cada balón que disputaba. Vamos, que se estaban jugando la vida. Ya en el minuto diez de partido el conjunto armero ganaba por dos goles a cero gracias a los goles marcados por Arruabarrena -el pichichi del equipo- y por Raúl Navas, el central zurdo cedido por la Real Sociedad. La tranquilidad llegó en el minuto 33 cuando Capa protagonizó una gran galopada y marcó el tercero con un tiro raso y seco junto al poste del tolosarra Saizar. A partir de aquí todo el estadio estaba mas pendiente del transistor que del partido. Todos los oídos estaban puestos en Granada y Barcelona.
El drama que se vivió en Ipurua fue monumental ya que el equipo estuvo setenta minutos en la mejor Liga del Mundo. El campeón, el F.C. Barcelona, ganaba por dos goles a cero y este resultado hacía al Eibar equipo de la Liga BBVA. Pero señores, llegó lo que nadie quería y esperaba: el Deportivo marcó dos goles y empató. Además, al Granada y el Atlético de Madrid se conformaba con el cero a cero también porque a unos les valía para mantener la categoría y a otros el tercer puesto. Con el triple empate a puntos descendíamos a la Liga Adelante, para desencanto y cabreo de muchos aficionados que manifestaban su desilusión en la falta de profesionalidad y respeto al Eibar de los equipos llamados ‘grandes’ y que se comportaron como muy pequeños y que no fueron ejemplo para los niños de cómo hay que competir. Esos niños de la ciudad armera difícilmente olvidaránla faena que les tendieron el Barça y el Atlético. Seguro que desde ese mismo momento los niños y aficionados eibarreses serán mucho menos seguidores de los culés y colchoneros.
Ya sé y es cierto, pues lo he publicado en varios artículos, que después de 38 jornadas cada uno está en el puesto que merece, pero es que el Eibar tenía los mismos puntos (35) que el Deportivo y el Granada. Y también sé que perdió 15 partidos, empató dos y ganó otros dos en una segunda vuelta mala y traicionera. También ha tenido la mala fortuna en las últimas jornadas con los resultados de los equipos cercanos -Real y Athletic- que no ayudaron. Es así. Pero dicho todo, esto lo del Barça y lo del Atlético de Madrid no es muy presentable, ya que marearon mucho al lorito para luego pasara lo que pasó. Me encantaría y desearía que Tebas se diera un paseo por Granada y Barcelona y preguntase cómo sucedió.
Aunque lo que resume todo este texto y lo más que me marcó fue ver a un niño vestido con el equipaje del Eibar bajando las escaleras y diciendo: «Aita, pero si el Barsa con Messi iva ganando en su campo por dos a cero…» Un niño que en su ignorancia no conoce los enjuagues del fútbol. Además, como dijo un gran Garitano, no acostumbra a pasar lo que pasó cuando el Barça juega en su estadio y gana 2-0. A todo esto lo llaman fútbol profesional. A quien corresponda.