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Alfredo Del Castillo

Desde mi banquillo

Sin mando

Como en unos carnavales canarios en el Real Sociedad – UD Las Palmas nadie era reconocible. Los dos equipos saltaron al verde de Anoeta con una misma filosofía de juego: buen trato al balón, fútbol combinativo y una idea muy clara de apretar la salida del balón de las defensas contrarias mientras la propia estaba adelantada con el objetivo de estar más cerca del gol después de robo. Esa era la idea inicial aunque cuando comenzó a rodar el balón nadie en Anoeta daba crédito a lo que veía. Los jugadores estaban asustados, abrumados, temerosos y sin sitio en el medio campo, sobre todo, el doble medio centro PardoIllarra con Prieto más adelantado no funcionó.

El equipo de Quique Setién se ha convertido en estas últimas jornadas en un conjunto férreo, hermético y muy austero en ocasiones de gol. En el primer acto tienen eficacia cara a portería se van a vestuarios con el partido finiquitado por ocasiones de gol. Este equipo canarión de los últimos 12 puntos posibles había sumado 9 y sólo había perdido en su estadio ante el todo poderoso Real Madrid. Un resultado muy inmerecido porque demostraron que en juego combinativo y de posesión del balón son mucho mejores.

Por parte realista, después de unas semanas convulsas de dimes y diretes que no benefician nada al estado de ánimo del grupo, se notó en el campo el temita Carlitos Vela. Tras el partido que se perdió en Vigo y quedando los objetivos muy rezagados, los futbolistas tenían la oportunidad de dar un golpe sobre de la mesa y demostrar que ellos son mucho mejores que lo que están jugando los últimos cuatro encuentros. Pero señores, fue un espejismo ya que perdimos el rumbo y hasta nuestra filosofía de juego. Vamos, fuimos un desastre.

En en segundo tiempo y con más corazón que cabeza fue el resurgir de Yuri por su costado natural,pero sus galopadas y centroscasi nunca encontraron rematador. Así que ante todo esto que estábamos viendo fue un choque contra un frontón, ya que la hermética defensa amarilla -con un rigor fantásticos y un líder de la línea de cuatro como Lemos– dieron al traste con todos los ataques del equipo de Eusebio Sacristán. Hubo disconformidad del respetable y música de viento, y con toda la razón del mundo.

Recuerdo con cariño en el viejo Atotxa que cada vez que jugaban los canarios el campo estaba muy pesado y embarrado y salían goleados y las jugadas a balón parado eran un martirio para ellos. Ahora, en sus tres visitas a Euskadi empataron en San Mamés y ganaron en Ipurua y en Anoeta, es decir, ahora no diluvia, ahora está serenando como decimos por las islas y los Pío Pío ganando. Pero amigos, nuestra Real Sociedad a la deriva y sin mando.

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Sobre el autor

Entrenador de fútbol y tinerfeño. Ha pasado por multitud de banquillos guipuzcoanos, entrenando a equipos como el Lagun Onak, Beasain o Real Unión, entre otros, antes de recalar en la Real Sociedad en 2001. En el club txuri urdin estuvo nueve temporadas en varias fuciones, como la de ayudante de Periko Alonso o de Gonzalo Arconada.


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