Cuando un club de fútbol profesional como la Real Sociedad da el paso de poner al entrenador del filial en el primer equipo y esperan a que el nuevo director general tome las medidas oportunas para la contratación de un entrenador que se ajuste a sus ideas de equipo y de club, se entiende que este entrenador es provisional. Pero al ser un entrenador de club y ex jugador, su implicación y compromiso van unidas a una responsabilidad máxima. Este es el caso de Imanol Alguacil con su cuerpo técnico formado por Labaka, Gerardo Izaguirre, Jon Alemán y Ruiz de Ocenda. Imanol ha tenido un plan desde el primer minuto. No ha improvisado nada. Su equipo se ha construido desde atrás para adelante, férreos y ordenados defensivamente, con poco riesgo en zona de máxima seguridad, dos laterales más paradores, dos centrales más intensos y menos ofensivos. Es decir, primero defensa y después ataque. En el medio campo optó por dos medios centros: uno que juega más desde la posición sin perder el sitio y el otro con más libertad ofensiva y más canalizador. Delante de ellos, una línea de tres muy creativa y de un nivel técnico individual muy alto y arriba del todo, un punta referencial. En tres partidos, en los que ha competido siempre mirando al rival que tenía enfrente, de nueve puntos posibles sumo siete puntos.

Comenzó la tarde con la sorpresa en la portería ya que Toño, que mantuvo la puerta a cero en un partido y medio, se quedó fuera en una decisión de calado del míster de Orio o de esferas más altas. Entra Rulli con ocho jornadas parado por la lesión. La Real Sociedad se planta en el terreno con un sistema de juego 1-4-1-4-1. En portería Rulli con línea de cuatro Aritz, Navas, Hector Moreno y De la Bella; delante como pivote Illarra, muy solo por los dos costados; delante Canales y Pardo; en las bandas Januzaj y Oyarzabal y arriba del todo Willian José con la idea de liberar a Illarra en superioridad. Por el lado contrario el Atlético de Madrid con su sistema natural 1-4-4-2, con Vrsalijko como lateral zurdo a pie cambiado para taponar a Januzaj, al que no vio ni por asomo en toda esta primera parte. Porque un equipo colchonero lento, previsible, sin chispa y sin pasión, se replegó para luego desarrollar su juego. Su única propuesta fue esperar un error del conjunto rival y ante esta pasividad la Real Sociedad tomó el mando del balón y, sobre todo por el costado derecho, creó una y otra vez todo el peligro ofensivo. Un Januzaj imparable que volvió loca a la defensa colchonera y que entró como Pedro por su casa por ese carril. Tanto fue así que en el minuto 27 en un gran pase y un genial desmarque de Willian José, de un zambombazo que golpeó en la base del poste, puso en primer gol en el marcador.

Lo más difícil estaba conseguido pero es que tanto Aritz como Januzaj pudieron marcar el segundo en una primera parte arrolladora de los de Alguacil. En el otro bando, un Atlético del que solo Codín intimidó a Rulli con un golpeo con la espalda y palomita del arquero Argentino.

En el segundo acto viendo que el partido tenía muy mal color para los colchoneros el Cholo Simeone mueve ficha. Quita a Correa y a Juanfran y mete a Torres y a Vitolo con lo cual reajusta el equipo y se coloca Vrsalijko de lateral derecho, Saúl de lateral zurdo y en las bandas Griezmann y Vitolo. Estos cambios sobre el papel semejaban ser de aspecto ofensivo pero nada más lejos de la realidad ya que los colchoneros solo inquietaron a Rulli en remates de cabeza que salían por fuera de los tres palos. Con un Atlético volcado y descolocado, reaccionó una Real Sociedad que dio una clase magistral de cómo se sale a la contra y sentenció el partido en dos jugadas maravillosas con Juanmi de protagonista. Ante este derroche de buen juego y efectividad, el público se volcó con su equipo y no querían que terminara lo que estaban viendo ya que no era otra cosa que el mejor encuentro de esta temporada de su equipo con dos nombres propios: Januzaj, Juanmi. Un contragolpe letal fue suficiente para golear al equipo menos goleado de la categoría. Zorionak mutilak.