Estamos en Almería. Salida 471 de la autovía que atraviesa Albacete, Murcia y entra en Andalucía tras dejar atrás Lorca. Estamos en el Mesón 21. Entre gasolineras, canteras de mármol e invernaderos.
Somos los primeros expedicionarios del XI BMW-HUMMER RAID. Somos unos cuantos de los expedicionarios guipuzcoanos. Hemos cruzado la península atravesando el termómetro desde los 5º menos cero burgaleses hasta los + 12º andaluces. Allí, por cierto, la carrera extrema Andalucia Bike Race tuvo que ser suspendida por ¡alerta negra!
Mientras nosotros cruzábamos el norte hacia el sur, el equipo, poderoso, de participantes canarios aterrizaba en un Madrid congelado. Sus doce motos, de cilindradas africanas, 450, 650, pero también esa impresionante HP de 1200, descansaban ya en Almería dentro de un camión customizado con los colores del desierto y los logos del Dakar americano.
Llegamos a las últimas horas del Día verdiblanco de Andalucía. Nos precedía un camión frigorífico cargado con unos cuantos kilos de La Gula del Norte, curioso y ciertamente deportivo menú para la cena de esta noche, después de cumplimentar las verificaciones de máquinas, equipajes y seres humanos; antes de embarcar, motos, camiones, todo terrenos, pilotos, sanitario, organizadores, guías y prensa, en el ferry que al amanecer nos dejará en la siempre políticamente incorrecta y feroz frontera de Melilla-Nador. Entonces comenzará propiamente dicho el raid.
Diez etapas. Carretera. Pistas. Fesh fesh. Arena. Piedras. Constelaciones. Té a la menta. Rodadas. Camellos. Kasbahs. Orgullosos bereberes Campamentos. La primera jornada nos lleva hasta Midelt, en las llanuras de pura piedra oscura que separan el Atlas Medio del Alto. Pero aún quedan horas para rodarlas. Aún quedan dos mares que cruzar. Sin embargo, las motos ya se alinean en la esplanada del Mesón 21, Almería.