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Juan Carlos Hernández

Al aire libre

CUANDO ES QUE NO ES QUE NO


 

He aquí la imagen de un hombre abatido. Qué estaría pasando por esa cabeza. Bajo un sol de justicia los atletas estadounidenses disputan en Nueva Orleans las pruebas de selección para los Juegos Olímpicos de Barcelona’92, los temidos Trials. Los tres primeros (y primeras) participarán en el evento principal; el resto, sea cual sea su nombre o su currículum, se quedará en su casa.

 

En la prueba del decatlón dos colosos en liza: Dan O’Brien y Dave Johnson. O’Brien es el vigente campeón mundial (Tokio’91), la gran figura de la prueba, joven y digno heredero de Daley Thompson y Jurgen Hingsen, dioses de la prueba combinada durante la década anterior. Johnson, con varios títulos nacionales, es el único estadounidense que le hace sombra. La marca deportiva que patrocina a ambos, Reebok, en un intento por recuperar la cuota de mercado que le ha arrebatado Nike, ha invertido 30 millones de dólares en una campaña publicitaria basada en el enfrentamiento que O’Brien y Johnson tendrán en Barcelona: Dan & Dave, anuncio estrenado meses antes durante la Super Bowl de aquel año.

 

El 26 de junio de 1992, en las cinco primeras pruebas, O’Brien suma 4698 puntos en el que es el segundo mejor parcial de la historia en aquel momento (10”50 en 100, 7.90 en longitud, 16.60 en peso, 2.09 en altura y 47”52 en 400). El 27 de junio, tras hacer 14”23 en los 110 metros vallas y 47.78 en lanzamiento de disco, lleva 542 puntos de ventaja sobre Dave Johnson. Seguro de sí mismo, camino hacia el récord mundial y acercándose a la futura gloria olímpica, Dan O’Brien decidió comenzar el salto con pértiga con el listón puesto en unos “arriesgados” 4.80m. Y O’Brien y sus patrocinadores comprobaron de la manera más amarga que en el salto con pértiga hay días en que cuando es que no es que no.

 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

A pesar de los CERO PUNTOS O’Brien completó el decatlón con 60.72 en jabalina y 4’46”53 en los 1500. Sus 7856 puntos le relegaron a la 11ª posición, en una prueba en la que los cinco primeros superaron los 8000 puntos. Joder con los Trials. El vencedor fue Dave Johnson (8649), y a Barcelona le acompañaron Aric Long (8237) y Rob Muzzio (8163).

 

En Barcelona tuvimos otra lección magistral de que en el salto con pértiga cuando es que no es que no. El gran gran gran Sergey Bubka repitió la torpeza de O’Brien con sus tres nulos en la primera altura, en la mayor pifia de su exitosa trayectoria.

 


 

Dan O’Brien siguió los Juegos de Barcelona como comentarista de televisión, a saber con qué estómago. Allí fue testigo de la victoria del checo Robert Zmelic (8611 puntos), con segundo lugar para el español Antonio Peñalver (8412). Lesionado en un pie, Dave Johnson salvó la medalla de bronce (8309), Muzzio quedó quinto y Long se retiró tras siete pruebas.

 

Aunque para que esta historia termine bien, toca recordar que Dan O’Brien comenzó su desquite personal batiendo el récord del mundo el 4 y 5 de septiembre de 1992, treinta días después de la cita olímpica, en Talence (Francia), con una marca de 8891 puntos que mejoraban los 8847 de Daley Thompson. Sus parciales: 10”43/8.08/16.69/2.07/48”51/13”98/48.56/5.00/62.58/4’42”10.

 


 


 

Y a partir del año siguiente, y con indumentaria Nike, también mantuvo su reinado en los campeonatos mundiales, el indoor de Toronto’93 (con récord mundial de heptatlón) y al aire libre en los Mundiales de Stuttgart’93 y Gotemburgo’95. Finalmente se proclamó CAMPEÓN OLÍMPICO en los Juegos de Atlanta’96, cerrando un círculo casi perfecto, empañado sólo por aquel terrible error de aquel día de junio de 1992.

 


 

 

 

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