Evidentemente no va a ser mío el elogio a la bebida en cuestión que no deja de ser una versión oscura de un tinto de verano, prefiero mi tinto de verano claro y con toda la fruta del vino más presente, sin azúcar añadido.
Es que se les ha ocurrido a unos señores en Alava hacer un concurso de kalimotxos. Tampoco tengo nada en contra de los concursos en sí. Que la gente se lo pase bien como le apetezca y si es haciendo concursos mejor para ellos. Simplemente que no entiendo que se puedan hacer concursos de este tipo, tanto este como el de gin tonic por poner un ejemplo. El mejor gin tonic dependerá de la ginebra, de los hielos y de la tónica, incluso del limón, pero encontrar el mejor así por las buenas, con la misma ginebra, hielos y tónica me parece imposible. Una parte de ginebra por siete de tónica. Punto y final. Si le añades algo más será otra cosa. Pero si se lo pasan bien allá ellos.
Lo que no puedo admitir es que mis primos de al lado se empeñen en ser los primeros y los inventores de todo, porque resulta que las intenciones de los organizadores es “pretender ser un homenaje a la cuadrilla Antzarrak de Algorta, grupo que popularizó y creó el cóctel universal de los vascos que cada vez es más conocido fuera de nuestras fronteras.” Como siempre los vizcainos parece que son únicos en el mundo. Mark Pendergrast es el mayor conocedor de la historia de la Coca Cola, en su libro titulado For God, Country and Coca Cola (Por Dios, por la patria y por la Coca Cola) hablando de la introducción de la Coca Cola en la ciudad de Nueva York en el año 1904 dice claramente: “Los italianos habían descubierto que mezclando Coca Cola con su vino Chianti, podían beber toda la noche, tardaban más tiempo en emborracharse y se mantenían despiertos gracias a la cafeína.” Que lo sepan los organizadores y, de paso, los de Algorta.
Blog escrito escuchando: Offenbach – Vert Vert