>

Blogs

Belén Casado Mendiluce

La psicóloga en casa

No cambies (2ª parte)

 


  Siempre me ha gustado este cuento por lo que tiene de paradójico. Justo cuando te sientes incondicionalmente querido es cuando uno cambia.
   Pero claro, en la vida real las cosas no son, desgraciadamente tan sencillas; porque, sí, esta historia es de una sencillez aplastante, aunque quizás, por ello mismo, resulte más difícil de llevar a la práctica.
   El protagonista de esta historia tiene sus problemas, como todo hijo de vecino, sus neuras y angustias; y los demás se las hacen ver.
   Y él se da cuenta de la necesidad de cambiar. No vive como si la historia no fuera con él, reconoce que tiene dificultades.
   Este es el primer paso para el cambio: darse cuenta de lo que te pasa. No vale vivir de espaldas a tu problema o como si no existiera. Hace falta reconocerlo, sentirlo y expresarlo: “Tengo un problema con mi mal genio que me hace pasarlo mal a mí y a los demás”. ¿Cuántos de nosotros damos este primer paso?
   Y no vale decirlo “de boquilla”, que ya sabemos que eso no va a ninguna parte. Puedes quedar bien con los demás pero todo sigue igual.
   Damián -lo llamaremos así- después de darse cuenta, hace esfuerzos porque está convencido de la necesidad de cambiar: “lucho conmigo mismo cada día para no tener mal humor”. Pero a pesar de todos sus intentos, su problema sigue y Damián se siente impotente y agotado.
   Segundo paso: deja de luchar contra ti mismo. Todo aquello que persigas con tensión, por muy bueno que sea- como tener mejor carácter- se aleja de ti. La actitud de lucha interna sólo empeora las cosas.
   Y cuando los demás te presionan para cambiar también contribuye a que te vivas en guardia contigo mismo y tenso.
   Date permiso para equivocarte, tomando conciencia de lo que te pasa: “sé que he perdido los nervios y no me gusta, pero confío que la próxima vez estaré más tranquilo”. Deja de culpabilizarte hasta el infinito.
   Contempla la posibilidad de que tu mal genio no cambie en seguida sino que persista por un tiempo. Date paciencia y comprensión a ti mismo sin perder la conciencia de que es malo para ti ese mal humor.
   En el cuento, son los demás, con su amor incondicional los que consiguen que Damián cambie, porque le quieren tal y como es. Es mejor que seamos nosotros quienes nos apoyemos y comprendamos aunque las cosas no cambien inmediatamente.
   La sencillez radica en que sólo desde una actitud de no-lucha y de consciencia es como podemos realizar el cambio en nosotros mismos.

Continuaremos…Belén Casado Mendiluce


Sobre el autor

Soy Licenciada en Psicología y desarrollo mi trabajo en una consulta privada. Mi vocación desde joven ha sido la psicología, y a través de ella he buscado comprender a los demás y a mí misma. Desde ese trabajo interior, intento que lo que transmito sea un reflejo de aquello en lo que creo y que me sirve a mi. Me siento siempre en búsqueda, abierta a aprender de todo aquello que me haga crecer como persona. Y creo que lo que se vive como vocación no es sólo patrimonio mío sino que puede servir a los demás.


octubre 2011
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31