No me gusta empezar a hacer las maletas con demasiado tiempo. Primero por una razón logística: me molesta en mitad de mi habitación y segundo porque me da la sensación de que acorto los pocos días que me quedan. Leo el periódico y me siento una vez más en sintonía con la periodista Carmen Rigalt que cuenta desde Marbella que está ya con el “síndrome cabo Cañaveral “ es decir , que anda con la cuenta atrás : 4,3,2, 1 ¡ Y despegue ! En 48 horas tendré lejos de mí todo de lo que he estado hablando estas semanas : la mayor parte de mi familia, los animales, el mar mediterráneo, las tertulias hasta tarde, las siestas, la lectura sin interrupciones, el Capuchino y unas sensación de libertad que no la recupero hasta el próximo verano y tal y cómo andan las cosas, nunca hay nada seguro.
Mi antídoto : volver a ver una buena película, bajarme con mis amigas a tomar algo al “ Juan sin prisas “, ir al vivero a comprar alguna planta para mi terraza y esperar que ni la salud ni el trabajo falle.
Me despido de Andraitx con esta foto. Bye-bye, adeu, agur. Hasta el próximo verano.