Llegan las Navidades y las soporto estoicamente pero si un día no aparezco búsquenme en algún lugar caliente donde no se celebren: Cuba, Marruecos… Me gustan tan poco que hasta me alegro de que este año les haya dado a los ayuntamientos por iluminar menos las calles. Espero que sea verdadera conciencia ecológica y coherencia ante esta crisis que sigue acechándonos a casi todos.
Pese a todo, no me he salvado de un par de cenas prenavideñas, de comprar varios números de lotería, de poner el árbol y el belén ni de recibir en mi buzón cartas de mis amigos: Imaginarium, Corte Inglés, ToysRus…
Los Christmas ya no existen apenas, con un clic, se puede mandar una felicitación navideña a 200 personas ¡Muy personal e íntimo todo ello! Ya ven, estoy con poco espíritu navideño y algo pesimista pero aún y todo, ahí va mi lista de deseos:
1. Salud.
2. Salud.
3. Salud.
Y con eso… ¡A luchar!
Ya no me atrevo a decir ¡¡¡Felices Navidades!!! No vaya a sonar tan falsa como los políticos.
A cambio, voy a recomendar lecturas que como dijo Césare Pavese: ‘La literatura es la defensa a las ofensas de la vida’
Lugares donde se calma el dolor (Destino) de Cesar Antonio Molina. Hubo una presentación preciosa en el Círculo de Bellas Artes.
P.D: Está abierta la azotea del Círculo. Contemplen los que puedan Madrid desde allí. Ese también es un lugar donde se calma el dolor.
Las alas de mi padre (Siruela) de Milena Agus.
Seguiré recomendando más.