Hoy es el cumpleaños de mi amiga la escritora Soledad Puértolas. Todos los años me gusta enviarle unas flores.
Las mimosas son sus favoritas pero no suelo encontrarlas y acabo mandándole un ramo de flores salvajes que siempre me agradece con mucho cariño.
Este año se lo merece doblemente ya que acaba de ser nombrada Académica de la Lengua. Solo hay cinco mujeres. ¿Por qué será? Ella se lo merece. ¡Felicidades Soledad! Además pronto veremos un libro nuevo suyo.
Salgo dentro de un rato a la comida del Premio Café Gijón. ¡Guardan tantas historias esas paredes! Lo ha ganado el alicantino Rafael Balanzá con ‘Los asesinos lentos’ (Siruela): Valle y Cáceres formaron parte en los noventa de un grupo de pop rock.
Ensayaban juntos, tocaban juntos, se emborrachaban juntos. Llevan muchos años sin verse cuando se encuentran en un café. Allí charlan animadamente, recuerdan entre risas anécdotas del pasado. Después Valle le anuncia a su amigo que ha decidido matarlo y lo hará pronto.
Releo ‘El guardián entre el centeno’. Pese a que Salinger llevaba más de 40 años sin publicar, siento que ya no vuelva a escribir y siento su muerte. ¿Qué le haría apartarse del mundo como lo hizo?
Mañana salgo en el AVE a Barcelona para una comida – homenaje a Terenci Moix. A la vuelta contaré…
Comida en el Café Gijón con el autor y jurado: Mercedes Monmany,Luis Alberto de Cuenca, JM Guelbenzu, Ofelia Grandes.