Recibo hoy un mail de una persona que sin conocernos demasiado, intuyo que es ese tipo de mujer que me gusta como amiga. Ella es escritora y en cuanto me lea, se reconocerá. Sus mails me cargan de energía y ganas de hacer cosas. Ella, como todo el mundo, tiene que pelearse cada día con la vida. Algunos días se gana la batalla y otros se consigue quedar en tablas o por lo menos se negocia una tregua. Como gran escritora que es, cuenta las cosas con gracia y facilidad y me habla de un sueño que tuvo hace poco del que se despertó pensando en el tiempo que le quedaba. Cierto es que nunca sabemos cuánto va a ser pero todos hacemos de alguna manera nuestros cálculos. Ella se despertó pensando que tenía que ponerse a escribir una novela muy diferente de las que hasta ahora había escrito. Gran parte de su historia estaba ya en su cabeza y eso ha hecho, poner se a escribir como quien se embarca en un viaje sin tener nada demasiado atado pero sabiendo que tiene que hacerlo. En estos tiempos, seguramente corre un riesgo sabiendo que sus novelas han gustado y han tenido éxito pero ¿Qué sería de nosotros si nunca nos saliéramos de nuestro camino? ¿No es posible que al perdernos un poco a veces encontremos lo que no esperábamos? ¿No nos viene bien a todos hacer de vez en cuando un repaso mental y recordar que no somos infinitos? ¿Por qué nos cuesta tanto? ¿A qué tememos? Los miedos solo se vencen enfrentándose a ellos y haciéndolo, nos damos cuenta de que el monstruo no era tan grande ni nosotros tan pequeños.
Canción para hoy viernes y para bailar un rato:
Shape of you de Ed Sheeran
Lecturas para el fin de semana:
La novela de Laura Ferrero ¿Qué vas a hacer con el resto de tu vida? En unos días, en Zenda, os voy a hablar con detalle sobre ella.
Nocturnos, cinco historias de música y crepúsculo de Kazuo Ishiguro, un regalo de esas personas que una tiene cerca en la vida y con la que comparto grandes pasiones y confidencias.