Para todos los que no tienen miedo a lo clásico, para quienes se fijan más en la calidez de lo cantado que en los turnos de la moda, para quienes ven una tabla de salvación en los valores seguros, perdurables: aquí tienen un buen disco. Se titula The Old Magic y lo ha hecho ese señor afable de pelo blanco que, sí, un día fue detonante de una ‘nueva ola’ de las más revitalizantes que ha tenido nunca la música, junto a su eterno amigo Elvis Costello, y que hoy va a contracorriente, casi un kamikaze, a base de meterse cada vez más de lleno en los orígenes del pop, el country y el rock&roll. Nick Lowe evoluciona hacia atrás: sus miras están ya casi totalmente en los años 50, y sin embargo, sus nuevas canciones suenan perfectamente contemporáneas, manejables, necesarias.
Ahora Wilco ha hecho una llamada de atención a la obra de este grandísimo cantautor, grabando como cara B de su último single la canción I Love My Label, para celebrar la creación de su propio sello, y recordando el insólito canto de amor a su discográfica que Nick Lowe grabó en sus primeros tiempos, cuando grababa para Stiff Records. Además, Nick Lowe ha sido telonero en parte de la gira de Wilco y, claro, salía a cantar con ellos esa canción.
En una trayectoria pausada, a su aire, después de una primera etapa pop-rockera, Nick Lowe encontró hace quince años esta nueva vía, con la publicación de The Impossible Bird en 1994. Entre crooner pop y adalid de la pureza de los géneros, pura sabiduría musical. Pero esas canciones que remiten a Del Shannon o los Moonglows, y que podrían sonar muy bien en una radio de válvulas, aparecen frescas, con un toque distinto, perfectamente arregladas en su justa sencillez, sobre todo en esos vientos bellísimos. Y con un buen gusto al cantar que te desarma. Una delicia de disco como lo fueron los precedentes, Dig My Mood (1998), The Convincer (2001) y At My Age (2007). Tan válido para tardes melancólicas como para frescas mañanas soleadas.
I Read A Lot y Restless Feeling son de las mejores, pero esos vientos a lo Rico (el trombonista de reggae que colaboró con Specials entre mil más), me invitan a escoger como favorita You Don’t Know Me At All.
El disco está en Spotify y despiezado en Youtube, pero es de los que hay que tener, por durabilidad.