En el lujoso inserto (papel couché y a todo color) que incluye esta vez el nuevo lanzamiento del artesanal sello Moonpalace Records, aparece un poster-retrato de Saioa compuesto por centenares de fotografías minúsculas. Con lupa se descubren imágenes portentosas de parques naturales y otras bellezas del cielo y la tierra. Al otro lado del papel, sin lupa, se puede descubrir en las letras, cantadas en euskera y reproducidas también en castellano, las otras imágenes, figuradas, que alimentan el mundo de Saioa: volcanes, ríos, tormentas, cuevas, oleajes, truenos, inundaciones y sequías. Todo ello formando un disco de mimada coherencia formal y emocional titulado, precisamente, Natura.
Saioa, fenómeno natural de Legorreta, reaparece después de cinco años vestida con los más elegantes ropajes. No hablamos de look ni de moda, porque ella siempre se mantiene en la penumbra (el retrato no muestra su rostro), como corresponde a las desgarradas canciones en las que muestra sus simas emocionales. Pero si el anterior disco tenía una increíble portada troquelada en forma de Matriuska que se correspondía con el título, en esta ocasión el siempre primoroso gusto en la presentación de los discos de Moonpalace contiene el mencionado inserto con todo lujo de detalles, como joya en un cofre en suave cartón que en su centro tiene un pequeño corazón. Un corazón de lija. Literalmente. Suave lija que añade otra metáfora al multisensorial nuevo disco de Saioa.
La songwriter guipuzcoana reaparece elegantemente vestida sobre todo porque, frente al carácter espartano y folkie de su anterior disco, aquí sus canciones, que aún conservan el espíritu de quien compone a solas en su habitación, están empujadas por los arreglos de una banda comandada por Joseba Irazoki que le da un carácter mucho más rico y versátil a las canciones y presentan a una Saioa crecida, con un nuevo potencial. Incluso la forma de cantar ha cambiado, más brava y desgarrada, aunque manteniendo el tono cercano y confesional.
Saioa ha abandonado el inglés y ya por completo en euskera integra con total naturalidad sus influencias norteamericanas de folk y rock con esa tristeza humedecida apegada a la tradición de cantautores vascos, más cerca de Mikel Laboa que de los demás. Las tonalidades varían, del rock arrastrado y contudente de la estupenda canción inicial, Desoreka, cantada con una cierta desesperación (El desequilibrio va de mi mano / Me gustaría convertir esta montaña en un volcán / Para perder peso de vez en cuando, de vez en cuando), en uno de los momentos más hermosos de sus letras, hasta el pop melancólico pero luminoso del canto de amor Zu. Pero hay un hilo conductor perfectamente labrado entre los textos, hasta el punto de que Sumendia parece una continuación con otra perspectiva de Desoreka; y Bihotz Alpinista, de Ezpidizio Itsua.
La brillantez e imaginación ya bien conocidas de Joseba Irazoki se aplican con tanta mesura como atrevimiento a las canciones de Saioa, y en Bihotz Alpinista adquieren tonos fronterizos, y hasta de spaguetti western, para una canción que en su parte vocal parece emparentada con el disco canónico de Haizea. En Itsakikara, una de las mejores del disco, emerge el fantasma del Neil Young eléctrico (también en los contratiempos de la batería), en contraste con un precioso estribillo que puede hacer de la canción casi un hit.
Detalles como el sonido del piano de Sumendia, que parece grabado en una casa y no en un estudio, los arreglos del trombón de Igor Telletxea que colorean magníficamente lamentos y suspiros, o esas baterías secas y contundentes de Felix Buff, denotan un trabajo concienzudo y convencido para hacer de Natura una obra ambiciosa y recogida al mismo tiempo, que se cierra con la lentitud atmosférica de Low, en el compendio de intenciones que es la canción que da título al disco, Natura.
Saioa presenta mañana sábado Natura, un día despues de su publicación, en la Euskal Etxea de Barcelona. Esperemos que sea el comienzo de unas cuantas ocasiones de ver y escuchar en directo, ¡y con toda la banda! este Natura que seguro será una de las apuestas más firmes surgidas en Euskadi este año.
Como siempre con Moonpalace Records, el disco se puede escuchar entero en bancamp (aquí mismo) pero merece la pena comprar una de las cien copias únicas del CD, convertido en artesanal objeto artístico por el padre del sello, Juanra, en www.moonpalacerecords.com