A Edwyn Collins se le suele presentar desde hace cinco años como “un músico británico que sufrió una hemorragia cerebral que lo dejó en coma y sin embargo, después de mucha lucha, míralo, haciendo discos y giras de nuevo aunque ya no pueda tocar la guitarra y tiene problemas memoria”. Bien, es un poco injusto reducir así una carrera musicalmente tan brillante y compacta como la de Edwyn Collins, pero resulta verdaderamente emocionante, y a celebrar a diario, esa milagrosa recuperación. Para quienes durante esos casi cinco años oscuros de la enfermedad creíamos que no podríamos ver ya en un escenario ni escuchar nuevas canciones de quien tanto admirábamos desde sus comienzos en Orange Juice, supuso la constatación de ese milagro cuando pudimos verle en el Summercase de 2008 (gracias @piliarandanos), sentado en una banqueta, cojeando con un bastón, sin poder mover una mano, repasando las letras de las canciones en un atril y sin embargo dando un concierto de absoluta energía, vitalidad y, atención, felicidad.
Pero lo destacable de Edwyn Collins es, precisamente por esa brecha, la continuidad y coherencia de toda su carrera musical, desde que comenzó con el grupo Orange Juice que acabó liderando de forma casi unipersonal, a su carrera en solitario, en la que no hay un solo disco flojo. No es una obra muy extensa (4 discos con Orange Juice, 8 en solitario), pero toda ella imprescindible para entender el mejor pop británico, adulto y sabio, de los 80 a hoy. Con un acabado absolutamente personal, Edwyn Collins ha hecho uno del pop, el soul, el rock&roll de los 50, las guitarras velvetianas, el country, incluso con elementos de electrónica integrados con absoluta naturalidad. Y con su voz de crooner-rockero seductor. Todo ello antes de que lo hiciera, por ejemplo, Richard Hawley.
En 2010 escribí en Rock de Lux un ‘disco a disco’ de toda la obra de Edwyn Collins, para acompañar una reveladora entrevista de David Saavedra. Todo ello se puede leer aquí: Edwyn Collins-RDL. Cinco años antes, José Manuel Caturla publicó una completa y perspicaz revisión de la obra de Orange Juice en el número 232 de septiembre de 2005, aunque no está disponible online, pero sí está su amplia crítica del box set Coals to Newcastle con todas las grabaciones de Orange Juice, aquí. Así que no me extenderé más aquí sobre su carrera.
El sábado actúa Edwyn Collins en San Sebastián, junto a los catalanes Extraperlo y a Colorama, una de las jóvenes bandas que Edwyn Collins promueve en su nuevo sello discográfico, AED Records. Y es una enorme alegría después de que tanto nos mereciera la pena viajar a Madrid al Summercase 2008 o a Barcelona al Primavera Club 2o10 (con dos conciertos en distintas salas), para verle y constatar una y otra vez no sólo los espléndidos conciertos que puede dar, sino el nivelazo de los músicos que le suelen acompañar: en 2008 iba con Roddy Frame (Aztec Camera) como escudero y guitarrista asombroso; en 2010 con el ex batería de Sex Pistols, Paul Cook, y el guitarrista habitual de Morrissey, Boz Boorer, además de otros músicos más jóvenes, y también espléndidos. A Edwyn Collins nunca le han faltado colaboradores y amigos: recordemos su emocionante versión de Pale Blue Eyes junto a Paul Quinn o su Seventies Night con Mark E. Smith de The Fall como invitado. Pero en los dos últimos discos, los posteriores a la enfermedad, ha tenido el apoyo total de músicos de Teenage Fanclub, The Magic Numbers, Franz Ferdinand y muchos más.
En los conciertos de 2010 había un momento especialmente emocionante. En In Your Eyes, una de las canciones grabadas en colaboración con otros músicos en el elepé Losing Sleep, salía a escena el jovenzuelo hijo de Edwyn Collins a cantar en comandita esa canción que en el disco protagonizaba el cantante de The Drums. William Collins era un adolescente cuando a su padre le dio la hemorragia cerebral, y en esos casi cinco años de recuperación, en que su padre tuvo que volver a aprender a hablar, a recordar sus canciones, a todo, William y su madre se encargaron de devolverle de nuevo a la vida consciente, a la artística y a los escenarios. William también le creó una página web en la que empezaron a dar a conocer la evolución de su padre, después de mucho tiempo de silencio en el que pensamos que nunca se recuperaría. Por todo ello, la interpretación de un exultante y bailón William ante la mirada entre atónita y orgullosa de su padre, era especialmente significativa. William también se encargaba de colocar los setlist en el escenario antes del concierto, y de estar en el puesto de venta de discos al terminar el show.
He aquí el vídeo que grabé en aquel momento (Barcelona, Teatro de La Aliança, 2010) y que no había colgado aún aquí, a pesar de ser probablemente mi favorito. Atención a esas palabras finales de Edwyn:
El nuevo elepé de Edwyn Collins, titulado Understated, se publica precisamente el lunes. Hace unas semanas, ya dio a conocer una canción, Too Bad (That’s Sad), que se puede escuchar aquí:
Y hace un par de días se difundía el nuevo single, Dilemma, y su correspondiente videoclip:
DIEZ CANCIONES IMPRESCINDIBLES
No podría elegir un disco superior a los demás, y es dificil seleccionar un puñado de canciones representativas de Edwyn Collins, con o sin Orange Juice, desechando tantas perlas que hay diseminadas en sus discos. Pero vamos a intentarlo, desordenadamente.
El mayor hit: A Girl Like You (Edwyn Collins, 1994). Del elepé Gorgeous George.
Siempre en ese punto entre el público de culto y un intento de asomo al mainstream nunca conquistado, Edwyn Collins logró su único verdadero hit masivo gracias, como tantas otras veces ha ocurrido, a un anuncio. A Girl Like You fue incluida en un spot televisivo y se convirtió en una canción adorada por las masas. Muchas otras de las suyas tienen el mismo potencial comercial, no digamos calidad, pero no han encontrado tanta difusión como esta canción de absoluto gancho.
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El rompepistas: Rip It Up (Orange Juice, 1984). Del elepé The Orange Juice.
Quizás el mayor éxito de Orange Juice, lo más cerca que estuvieron de convertirse en un grupo realmente popular. Revela el gusto de Collins por el funk, el soul y la disco music, llevados por completo a su blanco y escocés terreno.
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La emoción: Home Again (Edwyn Collins, 2007). Del elepé Home Again.
En su primer álbum publicado tras la enfermedad, aunque estaba grabado antes en su mayor parte, se incluía esta fabulosa y emocionantísima balada, que cobraba un significado especial en su regreso, y no suele faltar en sus conciertos.
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La vitalidad recobrada: Make Feel Like Again (Edwyn Collins, 2007). Del elepé Home Again.
También ese ‘Hazme sentir otra vez’, del mismo disco, era representativo del espíritu vitalista de Edwyn Collins y su felicidad por estar de nuevo activo, indiferente a las limitaciones. Y otra canción magnífica en su sencillez.
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La parodia: The Magic Piper (Edwyn Collins, 1997). Del elepé I’m Not Following You.
Con su profundo conocimiento y capacidad de reabsorción de toda la música popular de las últimas cinco décadas, equivalente a la de, por ejemplo, Elvis Costello, Collins hizo este divertido clip para una seductora canción sobre una base plagada de samplers, aunque la canción es musicalmente muy seria e inspirada. E irresistible. La portada del single era una imitación de un auténtica portada de soul de los 60. El sentido del humor ha sido siempre, también, uno de sus fuertes.
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El soul: Losing Sleep (Edwyn Collins, 2010). Del elepé Losing Sleep.
La influencia del soul es quizás aún más palpable en otras canciones, como la maravillosa Pushing It In the Back of My Mind de Hope and Despair (1989) o If you Could Love Me de Gorgeous George (1994), pero en esta pegadiza y exultante Losing Sleep resalta el típico ritmo y parte del sonido Motown, una de las querencias de Collins. Otro hit potencial, de su última época.
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La joya olvidada: Coffee Table Song. (1989). Del LP Hope and Despair.
La primera canción del primer álbum en solitario es una maravilla que no ha perdurado como single o en su repertorio en directo, pero permanece como una de sus mejores canciones, al menos así la vemos algunos.
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El furor juvenil: Blue Boy (Orange Juice, 1980).
El segundo single de Orange Juice, en el revelador, influyente y mítico sello propio, Postcard Records. Eléctrica y enérgica, Edwyn suele interpretarla aún en directo.
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Las guitarras: Salmon Fishing in New York (Orange Juice, 1984). Del elepé The Orange Juice.
Otra gran canción que no está entre sus hits, pero es una de las más excitantes e inspiradas del magnífico álbum sin título, el final de Orange Juice. Y revela el gusto por las guitarras eléctricas de Edwyn Collins.
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La canción protesta: The Campaign For Real Rock (Edwyn Collins, 1994). Del LP Gorgeous George.
El mismo álbum que le daría el éxito con A Girl Like You se abría con esta pieza deslenguada, casi retadora, sobre la verdadera esencia de la música y el carácter de ‘moda’ que ya empezaban a tener los festivales veraniegos. Irónicamente, catorce años más tarde su regreso a los escenarios tendría lugar, en buena parte, en festivales veraniegos como el Summercase. Pero hay que tomárselo como un gol, o como una prueba de cómo los festivales han servido también para aupar a genios incomprendidos y albergar regresos gloriosos.