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Ricardo Aldarondo

Mon Oncle

Lloyd Cole, renovadamente clásico con su 'Standards'

Como en el caso de Bill Ryder Jones la semana pasada, Lloyd Cole llega este domingo a San Sebastián después de que hayamos disfrutado, y mucho, en las últimas semanas con su excelente nuevo disco, Standards. Integrante de ese puñado de songwriters que comenzaron en los años 80 anclados al pop y el rock del momento, y se han convertido en clásicos atemporales e imperecederos, Lloyd Cole lleva una carrera pausada pero firme: sus discos siempre están cargados de buenas canciones, eso tan simple y tan difícil. Abraza un clasicismo propio y ajeno: fiel, más o menos, a su forma de hacer casi de sus primeros discos, pero siempre abriéndose en influencias, matices, rasgos de madurez, razones de ser para lo que hace.

Dejando aparte su insospechado (e irregular) disco de ambient y electrónica junto a Hans-Joachim Roedelius que publicó a primeros de año, Select Studies Vol. 1, es en Standards donde reaparece el Lloyd Cole de siempre, pero en una faceta más rockera, más de banda cohesionada, que en sus discos previos. ¡Y qué banda! Fred Maher a la batería, Matthew Sweet al bajo, el propio Lloyd en las guitarras (que también tocan Mark Schwaber y Matt Cullen, que le acompañaron en su concierto en el Jazzaldia en 2011 en San Telmo, más su propio hijo Will Cole), Blair Cowan de los Commotions a los teclados, y colaboraciones diversas, entre ellas la de Joan Wasser, más conocida como Joan As Police Woman.

Grabado en Los Angeles, Standards es ese híbrido perfecto entre el rock americano y el pop inglés, o viceversa. Como puede serlo también el de Nick Lowe, con quien Cole parece compartir cierto espíritu ante la vida musical, además del hermoso tupé blanquecino. De hecho, cada vez que oigo It’s Late me imagino que la podría cantar perfectamente Nick Lowe. Es la canción más sencilla y pegadiza del disco, quizás, la que más evoca ese standard del pop vintage 50s tan querido últimamente por Nick Lowe. También el toque country de No Truck los acerca.

Pero son detalles de color, nada que haga tambalearse la férrea personalidad de Lloyd Cole a estas alturas, aunque elija abrir el disco con un tema ajeno, California Earthquake de John Hartford, con unas contundentes guitarras que nos hacen pensar en… ¿Television? La vena decididamente rockera, sin perder la finura, claro, se confirma en la vibrante Women’s Studies, una de sus muchas reverencias al maestro Lou Reed, en estilo, sonido y algún deje vocal. Una delicia que mira al pasado entre la nostalgia y la ironía: “Eramos jóvenes / éramos estupidos / estuvo bien mientras duró / para completar mi educación / tenía que despertarme en tu bañera / con las sombras de las mujeres / con las que no me casé”. Uf, bien bonito colofón para la canción (que no sé por qué me hace pensar en Rafael Berrio), pequeña muestra de las letras como siempre bien cuidadas, nada convencionales, ni demasiado explícitas ni demasiado crípticas de uno de los grandes literatos del rock. Sin que suene pedante, por favor.

En Myrtle and Rose, quizás la canción más impactante del disco, total equilibrio entre melodía, guitarras, sentimiento y letra, relata (él o su yo literario) cómo acabó frecuentando a otra mujer porque la que verdaderamente quería nunca estaba cuando la necesitaba. No es una historia de cuernos, desde luego, sino una hermosa confesión de desencuentros. Va precedida de otra de las mejores canciones del disco, Period Piece. Con su sencillo título, como pasando de modas y temporadas, Standars se revelea como una obra compacta, accesible y directa pero de largo recorrido, que también evoca en algunos dejes a otro de sus clásicos, Bob Dylan, y a los Commotions que le dieron su primera fama. Y contiene una de esas baladas que Lloyd Cole crea como pocos, Silver Lake.

Es, en parte, una pena que para el concierto del domingo en el Kursaal de San Sebastián, Lloyd Cole venga en solitario, como está haciendo los 54 conciertos que tiene previstos desde septiembre a diciembre. Cole se basta él solo para dar toda la dimensión a sus canciones en directo, pero desde que le vimos junto a los Commotions en 1987 en el Polideportivo de Anoeta, ha venido siempre en formato acústico. Y ahora que Standards presenta esos gozos eléctricos, hubiera estado bien verle con banda al completo. El propio Lloyd Cole explica en su web las dificultades económicas, logísticas y hasta personales que le supone girar con una banda, como hizo en su momento con The Negatives. Y que le ha pillado un poco de sorpresa la buena recepción y la mayor repercusión que ha tenido este disco, cuando ya estaba programada la gira como ‘solo tour’. A ver si en la próxima…

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Sobre el autor

Periodista de Cultura y crítico de Cine de El Diario Vasco. Colaborador de Rock De Lux, Fotogramas y Dirigido Por...


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