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Ricardo Aldarondo

Mon Oncle

Esfuerzo y logro permanente de Ron Sexsmith

Uno tiene la sensación de que se repite cuando habla de Ron Sexsmith. Es más, se podría decir que Ron Sexsmith se repite. Pero milagrosamente esto no es un handicap, sino una bendición. Sabes que no te va a fallar, que su nueva colección de canciones va a ser otra pequeña maravilla de las que dignifican el pop como una de las más estilizadas y elevadas artes. Sabes que no podrás decir en qué se distingue el nuevo disco de los anteriores, porque no habrá un cambio radical en el planteamiento, ni ideas conceptuales de las que sirven a muchos para contar el socorrido “abro una nueva etapa en mi carrera que lo vas a flipar” al presentar cada nuevo disco. Unas veces utiliza más acompañamiento de cuerda y viento, como ahora en Forever Endeavour, otras se muestra algo más eléctrico, pero no son elecciones que cambien sustancialmente el conjunto. Siempre prevalece esa prodigiosa voz acariciante pero recia, sensible pero nada melosa, de un Ron Sexmith que va contando sus cosas, sus deseos y decepciones, pérdidas de rumbo y alegrías en compañía, entre melodías siempre maravillosas, no se sabe cómo lo hace.

Ni siquiera es fácil elegir unas canciones sobre otras, así de constante es la inspiración y la calidad que acompaña a este canadiense con una decena de espléndidos discos, que siempre ha tenido lo que se supone que hay que tener para triunfar. Pero hace tiempo que no basta con tener buenas y pegadizas canciones para ser popular; se diría que eso es casi hoy un handicap. Se han utilizado muchas de sus canciones en películas (es ideal para ilustrar historias sentimentales, sea con un punto de comedia o de drama) y ha tenido como padrinos a Paul McCartney y Elvis Costello, dos referentes claros en la base de su estilo. Han hecho versiones de sus canciones gentes tan diversas como Nick Lowe, Rod Stewart y Michael Bublé y ha cantado en dúo con Leonard Cohen y el Chris Martin de Coldplay. Pero parece que el segundo o tercer plano va a seguir siendo por siempre el lugar para un Ron Sexsmith que siempre merecerá más, pero se entrega en cuerpo y alma (¿ese ‘esfuerzo permanente’ del título?).

Y así, Forever Endeavour es otra gozada inagotable de principio a fin. Lo digo porque lo he disfrutado durante meses desde que se publicó en el pasado febrero. Y cada vez que empieza a dar vueltas de nuevo el disco suena igual de luminoso y fresco, de plácido y sentimental, capaz de evocar el soul en Blind Eye y el folk americano en Lost in Thought, pero siempre de forma muy discreta y personal. Cada melodía que puede parecer convencional en una primera escucha, pasa a ser única en las siguientes, y cuando surge cada una de las canciones sabes que te esperan tres o cuatro minutos redondos en concepto, ejecución y emoción. Como ejemplo las tres primeras canciones del disco. Sin desperdicio.



Un espacio en 3D: cine, música, libros y más

Sobre el autor

Periodista de Cultura y crítico de Cine de El Diario Vasco. Colaborador de Rock De Lux, Fotogramas y Dirigido Por...


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