La semana pasada se supo que Rafael Nadal sería el abanderado olímpico de España en los Juegos Olímpicos de Londres. El tenista balear fue seleccionado por unanimidad en la junta de federaciones olímpicas (26 votos de 26 posibles), lo cual me hace dudar aún más de la justicia de este gran “galardón” que Nadal disfrutará en la capital británica. Ser el abanderado de tu país en unos Juegos Olímpicos significa, entre otras cosas, ser la cabeza visible de un gran grupo de deportistas que llevan miles de horas trabajadas para participar en la mayor competición deportiva que existe. Pero ¿realmente merece Nadal tal privilegio?
¿Cómo se eligen los abanderados olímpicos? Depende del país; cada uno pone sus normas o principios a la hora de nombrar al abanderado. Existen países en los que la elección la realiza una sola persona (Italia, por ejemplo), en otros se selecciona por votación popular (Venezuela…), en algunos se siguen criterios deportivos o incluso personales del deportista… ¿Y en España? El encargado de elegir al portador de la bandera es el Comité Olímpico Internacional (COE) siguiendo un reglamento establecido que se basa en la trayectoria olímpica de los deportistas, es decir, según la normativa creada por el COE, el abanderado español será el deportista que más éxitos en los Juegos Olímpicos haya obtenido, sin poder repetir (razón por la que David Cal no puede serlo en Londres otra vez pese a haber logrado 4 medallas olímpicas).
NADAL = Oro en Pekín 2008
VS
IKER MARTÍNEZ Y XABI FERNÁNDEZ = Oro en Atenas 2004 y plata en Pekín 2008
Es indudable que Nadal es un icono del deporte español, un gran embajador en cualquier rincón del planeta, un hombre que lo ha ganado todo en el mundo del tenis, un fuera de serie, un… todo. Pero ¿por que tiene que traicionar el Comité Olímpico Español a su propia normativa? Y además, Rafa ha cosechado muchísimos triunfos en el mundo del tenis, pero ¿Iker y Xabi no han hecho lo mismo en el mundo de la vela? En unos Juegos Olímpicos (y más para el COE) todos los deportes deberían tener el mismo grado de importancia, pues ese es uno de los valores olímpicos: la igualdad.
Unos Juegos Olímpicos son la ocasión perfecta para que deportes de segundo nivel (o tercero incluso) en España, como puede ser la vela, tomen una buena bocanada de aire y cobren fuerza para que no se sigan quedando en el olvido mientras otros se llevan toda la gloria. Es indiscutible que Nadal ha hecho méritos suficientes para ser el abanderado, pero otros deportistas también los han hecho. ¿No hubiera sido más fácil modificar esa normativa antes de realizar la “justa” elección? Cosas del deporte que sigo sin entender…