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Karel López Gómez

El pajarito inglés

El positivo de la vergüenza. Cuando doparse sale barato

 

Doparse sale barato. Está tirado de precio. Y si alguien piensa lo contrario, que analice con detenimiento la sanción al atleta estadounidense Tyson Gay. Un año sin competir por, atentos, el consumo de un esteroide anabólico androgénico o, como dice la USADA (Agencia Estadounidense Antidopaje) en inglés, “exogenous androgenic anabolic steroid”. En la lengua de Shakespeare queda mejor. Pero la vergüenza es la misma.

Tyson Gay, según la propia USADA, dio positivo tres veces en un periodo de tiempo muy corto. Fue el pasado año. La sanción de un año a Tyson Gay me parece un insulto para todos los que juegan limpio. Y más incomprensible es que se anuncie su castigo justo un mes antes de que pueda volver al tartán. ¡Sí, en junio ya podrá competir! La sanción que se establece para atletas que consumen esteroides es de dos años.

Pero, cuidado, Tyson Gay ha colaborado. Entre otras cosas, ha admitido que consumía esta substancia desde julio de 2012, por lo que el marrón de verdad llega para sus compañeros de relevo en los Juegos Olímpicos de Londres. Estados Unidos logró la plata. Gay ya ha aceptado la retirada de la medalla De hecho, no valen sus resultados desde el 15 de julio de 2012. Pero, insisto, el marrón es para los otros tres integrantes del equipo norteamericano, quienes aún no saben si mantendrán la medalla; corrieron con un tramposo. ¿Qué pensarán de Gay sus compañeros? ¿Y los que por culpa de un dopado se quedaron fuera de una selección con opción a medalla en unos Juegos?

El atleta norteamericano, triple campeón del mundo en 2007 (aunque, si se estaba dopando desde julio de 2012 y nadie le descubrió, ¿nos fiamos de lo de hace siete años?), solo se perdió el Campeonato del Mundo de Moscú. El año pasado, cuando ya llevaba prácticamente un año metiéndose de todo (y sin decir nada; sin colaborar), parecía el único hombre capaz de acabar con la hegemonía de Bolt en el hectómetro, pero ahora se sabe que todo era mentira. Pero pobrecillo, ahora ha admitido su culpa y como está colaborando con las autoridades para que estos puedan pillar a otros (me parece genial), vamos a rebajarle la sanción. De hecho, Travis Tygert, presidente de la USADA, ha declarado que es “castigo suficiente”. La actitud de Gay me parece de cobarde absoluto. Mientras no me pillen, me dopo, gano… Pero cuando me cazan, lo cuento todo. ¡Morir matando! Y además, como premio, le resucitan al año.

Doparse sale barato. Ya tengo la solución. Y no os penséis que es una receta mágica. Es sencillo. Me voy a dopar. Si no me pillan, genial. Ganaré medallas y dinero. Si me cazan a los meses, lo negaré todo. Y cuando me halle acorralado y lleve unos cuantos meses callado, haciendo trampas y privando de triunfos a otros deportistas, lo confesaré todo (o casi todo) y me uniré al ‘bando oscuro’, colaboraré con las autoridades. Entre otras cosas, les diré quién me ha ayudado: médicos, entrenadores… A mí me sancionarán unos meses, castigarán a otros gracias a mí. Y mientras ellos no pueden competir porque están sancionados, yo ganaré. Y aquí no ha pasado nada.

Si la sanción son dos años (poco, en mi opinión), son dos años. Colaborar con las autoridades tendría que ser parte del proceso de un deportista arrepentido que quiere volver, no un aspecto que valga para rebajar su sanción. Ahora Tyson Gay volverá, mantendrá los patrocinadores, seguirá ganando dinero… Y aquí no ha pasado nada. Dopaje, lacra y vergüenza del deporte. Con sanciones así, lo seguirá siendo.

 

El atletismo desde dentro

Sobre el autor

Comunicación (Universidad de Deusto) y Marketing (Universidad Jaume I). Deportes, sobre todo atletismo, en El Diario Vasco. Juegos Olímpicos 2012, Europeo 2012...


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