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Karel López Gómez

El pajarito inglés

El curioso caso de las nacionalizaciones en el deporte

Llega el Campeonato de Europa por selecciones y me atrevo a afirmar que ningún país europeo contará con atletas única y exclusivamente nacidos en el Viejo Continente. Es algo habitual en los tiempos en los que vivimos; las emigraciones están a la orden del día. Sin embargo, y más concretamente en el atletismo, la nacionalización masiva de atletas puede convertirse en una gran amenaza para el atletismo europeo y para conocer el verdadero nivel o potencial de cada país (si el trabajo se ha realizado bien, si se está trabajando bien con los jóvenes…).

Una de las peculiaridades del atletismo respecto a otros deportes en este sentido es que un atleta que ha representado a un determinado país puede dejar de hacerlo y pasar a defender los colores de otro de la noche a la mañana (no literalmente, aunque casi), siempre y cuando se nacionalice. Y esto puede ocurrir por diferentes motivos: en su país de origen hay tanto nivel que sabe que nunca podrá ser internacional, cuestiones puramente políticas, etc.

En el mundo del fútbol, por ejemplo, la situación en la que el futbolista representa a dos selecciones absolutas a lo largo de su vida no puede ocurrir. Diego Costa es un ejemplo claro de ello; a pesar de ser brasileño de nacimiento, debido a que cuenta con la nacionalidad española, tuvo que elegir a qué selección representar. Eligió la española, por lo que, una vez disputado el primer partido (ya lo ha hecho), nunca podrá jugar con la canariña. Hace ya unos años, Bojan eligió España antes que Serbia. En baloncesto, la norma es diferente. Explicado de forma sencilla y sin entrar en detalles, solo un jugador nacionalizado puede representar a su selección durante el mismo torneo. A día de hoy, la selección española cuenta con un gran dilema al respecto, pues dos de los mejores jugadores con opción a vestir su camiseta (Mirotic e Ibaka) son nacionalizados. Tendrán que elegir a cuál de los dos llevar, pero en ningún caso a ambos al mismo tiempo.

En el mundo del atletismo, no existen estas normas. O al menos, son mucho menos restrictivas e incluso me atrevo a decir que cualquiera se las puede saltar a la torera. Si obtienes la nacionalidad sueca, puedes competir con Suecia independientemente de que en el pasado campeonato internacional representaras a Portugal y sin importar el número de atletas ya nacionalizados que haya en el equipo. Este hecho puede acarrear problemas. Precisamente el caso de una atleta que ahora es sueca ha sido de los más polémicos. Aregawi, posiblemente la mejor especialista de 1.500 del mundo, es etíope. En Catar también ha habido casos dignos de análisis. Con el fin de dar la sensación de que es un país atléticamente potente, son varios los casos en los que atletas de otros lugares del planeta son comprados (ni más ni menos) con desorbitadas cantidades de dinero que en su país de origen no podrían ver de ninguna manera.

 

Desde mi punto de vista, la IAAF tendría que tomar medidas urgentes. Más de las que hay hoy por hoy (dentro de este enlace de la página 24 a la 28). Las federaciones de cada país por sí solos no las pueden tomar, pues habrá otros que se aprovechen reclutando atletas de cada rincón del mundo.

Empezaba el texto hablando del Campeonato de Europa de selecciones que este fin de semana se disputa en Alemania. Servirá para establecer la clasificación de los mejores países europeos del año (hombres y mujeres conjuntamente), pero las conocidas como ‘nacionalizaciones exprés’ juegan un papel importante. Turquía, Italia, Países Bajos… Cada vez lo hacen con mayor facilidad en busca de resultados.

Evidentemente, España no se libra de esta polémica. La selección española acude a la cita con poquísimos atletas nacionalizados (ninguno entre los hombres). Pocos comparados con otros países. Me consta que a la federación se han ofrecido varios atletas, incluso potenciales medallista olímpicos/mundiales, tal y como se habrán ofrecido a otros países. La RFEA no parece estar por la labor de acelerar ningún proceso de este tipo. Aunque la situación es complicada, pues para recibir ayudas del Consejo Superior de Deportes los resultados son esenciales. Y con estos atletas, garantizas resultados, pero no trabajas lo que realmente hay que trabajar. Sin embargo, si en otros países se hace… no puedes competir con ellos. Sacar medallas en Europeos es cada vez más difícil por este hecho. Por eso pienso que las federaciones internacionales son las que tienen que establecer unas normas que todos tengan que cumplir. A base de talonario cualquier país, hasta el que menor cultura atlética tenga, puede montarse una gran selección.

La situación en Euskadi

Aunque no sea, ni mucho menos, el mismo caso del que he hablado hasta ahora, en Euskadi, hay una situación también tendría que cambiar. Hoy no te doy medalla, pero mañana vistes la camiseta vasca y nos dejas en buen lugar. Esa es la situación. Me explico: en los Campeonatos de Euskadi, aquellos atletas que no cuenten con la nacionalidad española no tienen la posibilidad de subir al podio (aunque sí pueden pasar a las finales. ¿Qué ocurrirá si en una final de 100 todos los clasificados fueran atletas no nacionalizados?), independientemente de su situación (ha llegado hace un mes o vive desde pequeño, representa a un club vasco, ha sido formado por un club y entrenadores vascos… A mi modo de ver, en estos últimos casos es muy injusto que no se les permita optar al podio), pero hasta un determinado número de atletas, sí pueden representar a Euskadi en los estatales por federaciones. Curioso, ¿verdad?

Desconozco si otras federaciones autonómicas hacen lo mismo, es decir, si no entregan medallas y luego convocan a estos atletas, pero me parece un trato de puro interés. O una cosa o la otra. Que se elija, pero esta situación, a mi modo de ver, es injusta. Un atleta que no puede ser campeón de Euskadi sí puede representar a la selección vasca. Incomprensible.

Hay casos y casos. Generalizar aquí resulta complicado. Para mí, e insisto en que esta es mi opinión, un atleta que lleva años viviendo en Euskadi y que en teoría y si la situación no cambia aquí seguirá, que ha sido formado atléticamente en Euskadi y que incluso representa a un club vasco… es atleta vasco igual que cualquiera que haya nacido aquí, con todas su ventajas y desventajas. A nivel estatal, por ejemplo, también puede haber polémica (y seguro que muchos insultos, tal y como he leído estos últimos meses en los comentarios de varias ediciones digitales de diarios) al hablar de las futuras perlas del atletismo español: Ana Peleteiro, Fátima Diame, Aitor Ekobo… Son el presente y el futuro. Todos tienen algo en común: son de raza negra. Pero también tienen en común que se han formado atléticamente aquí, que han nacido o viven aquí desde pequeñitos… La mayor, Peleteiro, ahora apenas tiene 18 años. En esos casos, por supuesto, no hay ninguna duda de que su presencia en la selección es lógica e indiscutible si sus méritos así lo demuestran, aunque haya quien se empeñe en criticarlo.

Lo que hay que controlar son las idas y venidas por interés, el movimiento de dinero en esas nacionalizaciones…

El atletismo desde dentro

Sobre el autor

Comunicación (Universidad de Deusto) y Marketing (Universidad Jaume I). Deportes, sobre todo atletismo, en El Diario Vasco. Juegos Olímpicos 2012, Europeo 2012...


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