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Karel López Gómez

El pajarito inglés

Un atletismo… sin Bolt

En 2008 nació una estrella. Un ser, que a veces parece que no es humano, llamado Usain Bolt. Y digo 2008 porque aquel fue el año en el que se dio a conocer al mundo. El jamaicano ya prometía, pero apenas unos pocos vieron en él a la nueva bestia del atletismo mundial. 2008 fue el año en el que, el 3 de mayo, bajó por primera vez de los 10.00 segundos (9.76) en 100 metros. Hasta entonces su marca era de 10.03. Desde entonces, un no parar. Pero su estrellato o su reconocimiento mundial llegó gracias a su actuación en los Juegos Olímpicos de Pekín.


Recuerdo haber visto esa final en una pequeña televisión en Navarra, en el pueblo de mi abuela, junto a un amigo. No daba crédito. Fue un acontecimiento grandioso de la historia del deporte. Era su explosión como atleta. De junior ya prometía, pero no sé si alguien pensó en su día en que se convertiría en lo que hoy es para el atletismo y para el mundo del deporte. Ya no solo el oro olímpico, ni siquiera el récord mundial… Lo grandioso fue la forma en la que lo logró. Esa superioridad a partir del metro 40 de la carrera. Ahí fue donde se creó la máquina, donde se forjó la leyenda que aún sigue viva.

Después, en esos mismos Juegos, llegaron dos nuevos oros y dos nuevos récords mundiales (200 y 4×100). Pero de aquello ya hace seis años… Sin embargo, Usain Bolt es un auténtico animal cuya era aún no ha terminado. ¡Y que dure! Pero como a todo deportista, a él también le llegará su final.

A Bolt le han bastado esta temporada un reducido de apariciones secundarias para acaparar la atención de los medios de comunicación y del público más que cualquier otro atleta. Ya ha dicho que no volverá a competir más este año. Me atrevo a decir que ha rellenado más páginas de periódicos, más segundos radiofónicos y televisivos que cualquier otro, y eso que solo ha corrido el 4×100 (semifinales y final) de los Juegos de la Commonwealth, una exhibición sobre una playa de Brasil, un 100 indoor en Polonia (donde bajó de los 10 segundos y batió el WR bajo techo, aunque poco valor tenga) y se presentó (deduzco que asuntos de patrocinadores, dígase Puma) en Letzigrund durante el Europeo para disfrute del público. Es decir, sobre 40 segundos de competición esta temporada.

Y me atrevo a decir que lo deja este año, aunque volverá el próximo, por miedo a ser derrotado. Que no está en su mejor momento es una evidencia, al igual que lo es que hay dos o tres velocistas que ahora mismo le pueden derrotar (hasta trece atletas han bajado de 10 segundos en el hectómetro este año). Se borró el domingo de Zúrich, donde era la imagen del Meeting de la Diamond League (en diferentes puntos de la ciudad repartían folletos con él en la portada), y donde el jueves iban a correr los mejores atletas del año en 100.

Él es el hombre anuncio del atletismo, incluso convirtiéndose en protagonista de spots de otros eventos deportivos como el Mundial de Fútbol de Brasil.

 

 

El jamaicano no deja de asegurar que se ve capacitado para batir sus plusmarcas mundiales. Habla del futuro. Habla de la ilusión que le hace parar el crono por debajo de los 19 segundos en el 200… ¿Un farol? Habrá que ver. Todo hace indicar a que nos quedan justo tres años del gran Usain Bolt. Mundial de 2015 (Pekín, la pista donde todo empezó), Juegos Olímpicos de Río y Mundial de Londres (donde confirmó en 2012, aunque había dudas, que él). Tuve el honor de verle, primero en Londres 2012 y después, hace un par de semanas, en Zúrich mientras veía el Europeo y saltaba a la pista para decir dos frases, hacer su habitual gesto del rayo, y llevarse una gran ovación del público. Cada gesto suyo, cada palabra, es aplaudido. Y eso no pasa con ningún otro atleta. Bolt es Bolt.

¿Tomará alguien el relevo del jamaicano? Es duro imaginarse, a día de hoy, un atletismo sin Bolt. Un atletismo sin un hombre capaz de llenar estadios por sí solo. Un atletismo que sobrevive en los medios de comunicación gracias a él. Parece que hay candidatos, casi todos caribeños, a ocupar el trono que él, inevitablemente, dejará. Ley del deporte. Pero cuando el rey Bolt abdique, el problema llegará cuando el nuevo rey (o reyes/reinas) del atletismo mundial tengan que ganarse el amor, la atención del pueblo, que ya sabemos que es soberano, y más en el mundo del deporte. Eso será lo verdaderamente complicado. 

Es difícil imaginar un mundo atlético sin Bolt, pero habrá que hacerse a la idea…

El atletismo desde dentro

Sobre el autor

Comunicación (Universidad de Deusto) y Marketing (Universidad Jaume I). Deportes, sobre todo atletismo, en El Diario Vasco. Juegos Olímpicos 2012, Europeo 2012...


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