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Lorenzo Mejino

Series para gourmets

Bloodline: La importancia capital del punto de cocción

El nombre de nuestro blog ya implica una serie de paralelismos claros con el mundo de la cocina, desde los platos exóticos que les traemos cada lunes, hasta las grandes recetas de siempre que les recordamos cada viernes, pasando por los platos mas actuales a los que dedicamos el tercer día de la semana, por lo que la utilización de estas similitudes culinarias para analizar la serie “Bloodline” nos va a servir a la perfección para ilustrar nuestro análisis.

“Bloodline” es una serie que a priori cuenta con tres magníficos chefs ( los creadores de Damages) detrás de una premisa interesante, grandes ingredientes de alta calidad en forma de grandes actores y actrices y por ultimo una ambientación en un lugar de gran atractivo como son los cayos de Florida.

Sin embargo, el resultado final dista mucho de las expectativas, por el excesivo punto de cocción de sus tramas, estiradas hasta limites insostenibles, lo que provoca que pierdan todo su sabor y sustancia por el largo tiempo que han estado cocinándose, como les vamos a analizar en el presente articulo sobre una de las series que despiertan pasiones mas encontradas en la actualidad, “Bloodline”.

Ficha: Bloodline 23+ episodios.  Mar 2015- Netflix (USA) Netflix (E)

Sinopsis: La vuelta de Danny Rayburn, el primogénito e hijo prodigo de una familia numerosa, al hotel que regentan sus padres en los cayos de Florida, para celebrar su cuadragésimo quinto aniversario de bodas, es el desencadenante de una serie de sucesos que van a afectar gravemente tanto a sus padres, como a la placentera existencia de sus tres hermanos, John, un detective de la policía local, Meg una abogada y Kevin un pequeño empresario de botes y barcos de recreo.

Su llegada va a destapar todos los secretos familiares que habían estado enterrados durante muchos años con consecuencias impredecibles.

El inicio: Los hermanos Glenn y Todd Kessler y su mejor amigo Daniel Zelman, consiguieron su reconocimiento a nivel global cuando el trío creó la serie “Damages” un planteamiento muy original de las series de abogados, centrada en la pugna por el poder de una abogada veterana con el colmillo retorcido y su joven discípula, que se convirtió en una de las series favoritas de la crítica en sus primeras temporadas, en la primera década de este siglo.

De los tres, el único que tenía una cierta experiencia era Todd Kessler (izq), que había trabajado como guionista durante dos temporadas en “Los Soprano”, lo que no deja de ser un marchamo de cierta garantía, mientras que sus dos compañeros, alternaban la actuación con la escritura hasta llegar a “Damages”

Al finalizar la turbulenta andadura de cinco años de “Damages” , con cambio de cadena incluida, los tres creadores, buscaron cambiar de registro y desarrollar alguna idea dentro de un entorno familiar cerrado con bastantes hermanos, como el que ellos habían vivido.

Poco a poco fueron perfilando la idea de mezclar un thriller con un drama familiar , situándolo en algún lugar poco habitual en las series, para finalmente decantarse por los cayos de Florida, como un magnifico emplazamiento para desarrollar sus tramas.

Cuando empezaron a vender su idea, Netflix que había empezado a apostar de forma decidida por la producción original, no dejó pasar la oportunidad y les compró la idea de forma casi inmediata, en uno de sus primeros encargos de series en 2014, para que realizaran con total libertad una 1T de 13 episodios.

Su prestigio adquirido con “Damages”, les permitió reunir un reparto de lo mas lujoso empezando por el protagonista Kyle Chandler, deseoso de hacer algo diferente a  “Friday Night Lights” y al que el trabajo del trío de guionistas junto a Glenn Close le encantaba desde siempre.

Tras reunir el mejor elenco posible, el rodaje se hizo en los cayos de Florida a una hora al sur de Miami, como si fuera una película de 13 horas, estrenándose todos los capítulos de forma simultanea el mes de Marzo de 2015.

La promoción de la serie incluía teasers tan sugestivos como el siguiente.

La trama: La trama de la serie se centra en la vuelta a un grupo familiar estructurado, equilibrado y aposentado del principal elemento distorsionador del mismo, Danny el primogénito oveja negra, al que todos desean ver lo mas lejos posible de sus vidas, pero donde los lazos de sangre del titulo de la serie acaban mandando sobre cualquier raciocinio.

Su construcción tiene puntos en contacto con el esquema seguido en “Damages”, con la presencia puntual de “flashforwards”, que desde el primer capitulo nos desvelan el destino  de algunos personajes, que no cuadran en absoluto con los conocimientos presentes que tenemos de la historia.

El hilo principal de la historia se desarrolla desde la vuelta de Danny al grupo familiar, mientras que en paralelo somos conocedores a cuentagotas de detalles del final de la historia y la principal incógnita se centra en recorrer el camino que les ha llevado a ese final que  resume perfectamente el lema publicitario de la serie “No somos malas personas, pero hicimos una cosa mala”.

El trailer largo de la serie explica estos pormenores de forma muy detallada.

El planteamiento de la serie se ajusta perfectamente a los parámetros de Netflix, como si fuera un piloto de trece horas, diseñado para que los espectadores lo consuman de forma compulsiva, tras plantearles el misterio al inicio del mismo y anhelar que no paren de verlo hasta el final para conocer la verdad de lo sucedido.

De esta forma tras plantear la historia en el primer episodio, dedican los siguientes a profundizar entre las relaciones de los seis personajes principales, los dos padres y los cuatro hermanos, en base a conversaciones entre ellos que nos van revelando poco a poco los secretos familiares, de todos y cada uno de los miembros del clan.

A mitad de la 1T, se produce un suceso inesperado que agita de forma importante las aguas familiares, lo que aprovechan los guionistas para navegar plácidamente por la ola causada por el suceso, hasta el tramo final donde tenemos la resolución del misterio. La larga y evocadora cabecera de la serie, nos pone en antecedentes del tono de la serie.

En la 2T nos encontramos con las consecuencias de los hechos explicados en el final de la 1T, que obliga a la familia Rayburn, a continuar una huida hacia adelante sin mirar atrás, entrando cada vez en terrenos mas pantanosos, para cubrir sus problemas que van creciendo de forma exponencial.

“Bloodline” tenía todos los ingredientes para ser una fabulosa miniserie de ocho capítulos o una digna serie de trece capítulos, pero siempre me ha parecido carente de músculo dramático para llenar veintitrés horas de televisión hasta la fecha, con diez mas para el próximo año en su renovada tercera temporada.

Personalmente considero que ha sido desarrollada con una lentitud exasperante que no era la que pedía ese tipo de historia ( por ejemplo la magnifica Rectify es el mejor ejemplo de hacer las cosas a fuego lento), los actores estaban esplendidos interpretando a personajes complejos, pero la trama no avanzaba ni a tiros y al final la parsimonia con que transcurrían gran parte de los episodios, me derrotó por completo.

Parte del problema viene dado por las revelaciones finales de la historia desde un buen principio, ya que si por una parte ayudan a engancharse a la trama, son un arma de doble filo, si la dirección hacia ese final empieza a dar giros de 360º, para retardar lo inevitable con horas y horas de relleno.

El único que se salvaba de la quema era el personaje de Danny, porque era el único capaz de añadir algo de salsa a la trama, ayudado por la magnifica interpretación del australiano Ben Mendelsohn, que a pesar de ser el menos conocido del reparto, es el mejor de todos y de largo, como pueden comprobar en el siguiente corte.

Sus magnificas interpretaciones y la belleza de los parajes naturales de los cayos de Florida, en los que se ha rodado son dos alicientes que ayudan a sobrellevar los problemas de ritmo que tiene por lo menos en la 1T, ya que en la segunda las cosas van a peor, y personalmente ya he decidido apearme de la misma para sus futuras temporadas.

“Bloodline” no es una serie mala y si les gustan las historias de dramas familiares con misterios en los que va creciendo la tensión hasta el estallido final, todo depende de si el ritmo con el que desarrolla la historia le convence o no. Dentro de mi entorno ha habido bastante división de opiniones, con ligera tendencia hacia la parte negativa, pero sus incondicionales la adoran, aunque en mi caso creo que he dejado mi posición mas que clara.

Los actores:
Catalogar a Kyle Chandler como una estrella televisiva, es lo mínimo que se puede hacer ante un actor que ha pasado a la historia por su personaje del entrenador Taylor, en la joya que fue “Friday Night Lights”. Ese papel le valió un mas que merecido Emmy, tras una carrera larga con bastantes series en su zurrón como las interesantes “Homefront”, “Tour of Duty” o “Early Edition” o memorables apariciones como estrella invitada en uno de los mejores episodios de “Anatomía de Grey”.

El problema que supone elegir el papel que va a seguir al que le va a marcar para siempre, lo ha solventado con bastante inteligencia al elegir al detective John Rayburn, el hijo que se encarga de resolver todos los problemas familiares, pero acaba siendo engullido por los mismos. Chandler está a un buen nivel y defiende un personaje que en manos de otro actor podría haber caído fácilmente en la caricatura, por las contradicciones personales que arrastra y por el aire taciturno que tiene en todo momento.

El australiano Ben Mendelsohn es toda una estrella en su país, pero en sus apariciones en los EEUU, no ha pasado de un secundario camaleónico en papeles de calado en películas de las sagas de “El caballero oscuro” o “ La guerra de las galaxias”.

Su papel como el primogénito Danny es el mejor de todos gracias a la fuerza que le da Mendelsohn, merendándose a todos sus compañeros de reparto en cualquier escena que salga, en especial en la 1T, ya que la disminución importante de  su personaje en la 2T, ha sido en mi opinión una de las razones del descenso de mi interés por la serie.

Linda Cardellini es otro valor seguro en cualquier serie que aparezca, como lleva demostrando desde hace dos décadas cuando se reveló como la gran protagonista de “Freaks & Geeks”, a la que siguió una larga andadura como una enfermera en “Urgencias”, alternando con apariciones en éxitos cinematográficos como “Scooby-doo” o “Brokeback Mountain”, y finalizando con un buen papel en “Mad Men”

En la serie está muy bien como la niña mimada de la familia y una brillante abogada, pero acaba sucumbiendo al caos familiar, aunque es de las pocas que mantiene la cabeza fría en todo momento, a pesar de cometer su cúmulo personal de errores.

Norbert Leo Butz es uno de esos actores que tienen una enorme fama como actor teatral en Broadway, donde es todo un crack con dos Tonys al mejor actor principal, pero que no consigue traspasar esa barrera en sus incursiones en cine y televisión donde lo eligen por su prestigio en el teatro, pero sigue  sin convencerme en ningún papel.

En la serie interpreta a Kevin, el hermano mas desdibujado de la camada, a medio camino entre el bala perdida de su hermano mayor y la estabilidad de los otros dos, y Butz no consigue centrarlo, yendo siempre a rebufo de sus compañeros; una lastima porque era una gran oportunidad para destacar, pero me temo que volverá a refugiarse en Broadway.

Sissy Spacek es toda una institución en Hollywood desde su memorable papel en “Carrie”, convirtiéndose en una verdadera acaparadora de nominaciones y galardones de los premios cinematográficos durante cuarenta años, llevándose el Oscar y el Grammy por su papel como la cantante Loretta Lynn por “Coal Miner’s Daughter”.

Con la edad ha ido disminuyendo la importancia de sus papeles, pero no dejó de ser una sorpresa que a sus 64 años, aceptará su primer papel regular en una serie televisiva, como la matriarca de la familia Rayburn. No me parece que esté al nivel de sus mejores interpretaciones, debido a ser un personaje mas definido por sus relaciones con los demás, que por su propia entidad, a la sombra siempre de su marido o de sus hijos, y eso lastra su actuación, correcta pero no excelente como suele acostumbrarnos.

Algo parecido podemos decir de Sam Shepard, un mas que polifacético, actor, autor y director de teatro y cine, en su longeva carrera de mas de cincuenta años. Su faceta mas destacada siempre ha sido la de autor teatral, con una larga lista de obras escritas y representadas en Broadway, por muchos de los actores que ahora han sido sus compañeros en la serie. Como actor fue nominado al Oscar por su papel de aviador en “The Right Stuff” y siempre ha destacado en todo lo que ha hecho.

En Bloodline a sus 72 años interpreta profesionalmente, al patriarca de la familia, una persona carcomida por su pasado y sus errores de juventud, en un papel no muy extenso pero capital para poder desarrollar la historia a partir de sus actos en el pasado.

Epilogo:

Ya les he comentado que la serie ha sido renovada para una 3T de 10 episodios, pero visto lo que han hecho en la 2T, no me parece que les quede mucho recorrido para explorar, pero por supuesto si están suscritos a Netflix, siempre le pueden echar un vistazo, porque verán rápidamente si la historia les engancha o no.

Como último vídeo les dejo con la presentación de la serie por parte de sus productores y actores principales

Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestra cuenta de twitter (@lmejino). Hasta la próxima

Lorenzo Mejino

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Sobre el autor

Series para gourmets nace con la pretensión de ayudar a personalizar su menú televisivo con el panorama mundial de series. Cada lunes hablaremos de series remotas ni estadounidenses ni británicas, no estrenadas en nuestro país. Cada miércoles de series actuales estrenadas aquí y los viernes recordamos series del pasado de la televisión

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